Tineo, Pepe RODRÍGUEZ

El congreso «Cultura vaqueira y patrimonio intangible» comenzó ayer en el Palacio de Merás, en Tineo, con un gran éxito de público. Todas las plazas que se ofertaron fueron cubiertas. Este lleno total da fe del interes de los ciudadanos de la comarca por los asuntos relacionados con la vida vaqueira.

El acto de inauguración contó con la presencia de Carmen Barroso Barrero, representante del Ministerio de turismo, Consuelo Vega, directora general de promoción cultural, José Manuel Menéndez Fernández, alcalde de Salas y presidente de la Comarca Vaqueira y Marcelino Marcos Líndez, alcalde de Tineo.

Entre las charlas y conferencias programadas cobra especial relevancia la mesa redonda con miembros de algunos de los llamados pueblos malditos españoles; por ello, representantes de los Agotes, de los Pasiegos y de los Maragatos acuden a Tineo para poner sobre la mesa los aspectos comunes y las diferencias con los vaqueiros de alzada.

La condición de malditos, según el profesor de antropología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Adolfo García Martínez, se debía a que «llevaban un estilo de vida distinto, pero eran asturianos como los demás. No eran una raza diferente como se ha dicho a veces, las diferencias eran étnicas y no raciales».

En opinión del profesor García, no eran, en absoluto, un grupo arcaico. «Todo lo contrario, supieron combinar formas de vida primarias como las trashumancia con técnicas avanzadas de comercio, y de transporte. Inventaron los billetes de primera y de segunda, se dedicaron a transportar todo tipo de productos, del vino al centeno, y comerciaron y especularon. Y engañaron, por supuesto, quizás por eso se les atribuyeron origenes moriscos o judios». Uno de los aspectos que más se destacó de la historia de los vaqueiros es su luchar por la libertad, «cercando el monte y peleando por lo suyo. Es por eso que se enfrentaron a monasterios, gobiernos, vecinos... porque eran mas avanzados que ellos», apuntó el profesor que concluyó diciendo: «me entra la risa cuando se les define como arcaicos, lo que hicieron por su libertad en el siglo XVIII, por ejemplo, fue algo inaudito y adelantado a su tiempo».

Xavier Sancho, por su parte, representante de los Agotes, pueblo del norte de Navarra, comentó que «nuestra discriminación es por temas religiosos» al tiempo que dijo: «Luchamos por dar a conocer nuestra identidad y luchamos por ella. Es por eso que venimos de mil amores a un sitio como éste».

Martín Martínez, que es maragato, dijo no creer que el suyo fuera un pueblo maldito. «Más bien al contrario, eran un tanto por ciento muy pequeño de la población y dominaban el transporte y el dinero. Tenían la habilidad de ponerse siempre del lado vencedor, incluso en la guerra de la independencia se les llamo la atención por transportar para los franceses».