Somiedo,

T. CASCUDO

«Villarina» se hace mayor. Es lo que constata la última imagen de la osezna que se ha tomado estos días en las montañas de Somiedo por una cámara del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS). Es la primera foto que se hace del animal tras haber sido liberado el pasado julio del chip que controlaba su desarrollo en libertad. La fotografía deja patente que la osezna, que este mes cumple un año tras haber sido devuelta al medio natural, se encuentra en perfectas condiciones físicas, bien alimentada y con unos cincuenta kilos de peso. «Villarina» volvió al monte hace un año, después de ser curada en cautividad, tras ser hallada herida en una cuneta cercana a la localidad de Villarín en junio de 2008.

Dicen los especialistas que su buen tamaño y desarrollo podrían facilitar que entrase en celo en 2010, hecho que sin duda supondría un éxito más en el proceso de reintegración de esta osezna. Hasta ahora «Villarina» ha constituido todo un hito, al ser el primer oso europeo que consigue reintegrarse tras pasar varios meses en cautividad.

En esta foto de una de las osas asturianas más mediáticas, tras «Paca» y «Tola», se puede ver a «Villarina» comiendo bellotas y rascándose en una zona interior del monte somedano. La alimentación a base de bellotas de roble es, según los expertos, síntoma de que la osa se podría estar preparando para su proceso de aletargamiento. En la etapa previa a la hibernación es habitual que los osos se alimentan de bellotas y de castañas.

El segundo dato, que se rasque, es otro aspecto habitual en los plantígrados, que suelen tener como compañeros de viaje a poblaciones de pulgas. Si la osa consigue finalmente entrar en celo, los técnicos confían en poder seguir de cerca su evolución, ya que hasta la fecha no se ha alejado demasiado de la zona donde fue liberada. Así las cosas, «Villarina» se prepara para su segundo invierno en libertad, aunque los técnicos se muestran optimistas tras haber sobrevivido al de 2008, que fue uno de los más duros de los últimos años. A pesar de ser inexperta y encontrarse sola, «Villarina» demostró a todos que es capaz de vivir en libertad, mantenerse alejada de enfrentamientos con otros animales y localizar comida e incluso hacerse una osera para pasar el frío invierno.

La de este año será la segunda casa para el invierno que se tendrá que hacer la osa. Lejos de extrañar el medio, «Villarina» ya es mayor e independiente.