Grandas de Salime,

A. M. SERRANO

El alto Navia está a punto de estrenar su primer polígono industrial. Las obras del área de El Couso, en Grandas de Salime, se acercan a su final y, según las estimaciones del alcalde, el socialista Eustaquio Revilla, concluirán este mismo mes. Su construcción es una petición muy reivindicada y supone un paso adelante para los concejos interiores de la comarca, que hasta ahora carecían de una superficie dedicada a la instalación física de proyectos empresariales y con precios por debajo de los que marca el mercado.

Aunque por fin ve la luz, la actuación ha sufrido sucesivos retrasos. En 2007 el gobierno municipal autorizaba el proyecto y destinaba 55.680 euros a la adecuación de la parcela, unos trabajos que, según las previsiones iniciales, concluirían en pocos meses, pero que han necesitado dos años para salir adelante.

Revilla incluso asegura que la primera vez que en Grandas se estudió la posibilidad de construir un polígono fue en 2002. Ahora, en la fecha de su estreno, las comunicaciones han mejorado, y la «Y» que une Grandas con Santa Eulalia y Fonsagrada se ha convertido en un eje estratégico que podría atraer a las empresas de la zona. De momento, según el Alcalde, no hay solicitudes formales, pero más de un empresario de Lugo se ha interesado por El Couso e incluso ha pedido información sobre las características del área. «Esperamos que nos ayude a crear tejido empresarial y a fijar población, venga de donde venga el empresario», destaca Revilla.

El polígono industrial, que se encuentra a dos kilómetros de la capital del concejo, cuenta con 20.000 metros de superficie en los que se distribuyen once parcelas. El precio del metro cuadrado será de 42 euros. Los interesados ya pueden solicitar información sobre las condiciones de las parcelas en el Ayuntamiento, que se planteará sucesivas ampliaciones en función de la demanda.

La puesta en marcha de este nuevo polígono industrial coincide con la tercera ampliación del área castropolense de Barres, cuyo precio por metro cuadrado es de 85 euros. Este último y el río Pinto de Jarrio, en Coaña, son los más pujantes del Occidente. Ambos han contribuido al desarrollo del tejido industrial de la zona y a la fijación de empresas. El que corre menos suerte es el que se había proyectado en Boal, el de Llaviada. Aunque el Ayuntamiento anunció su construcción e incluso una segunda fase, el proyecto está estancado y a la espera de ayuda económica del Gobierno regional.