Fue en los tiempos de la dictadura del general Primo de Rivera cuando alguien lanzó el chiste político de que la gripe se parecía a don Miguel en que era «un mal general». Pues bien, yo ahora mismo el mal general lo achaco a las promesas incumplidas o a los retrasos en que se ven envueltas tantas actuaciones. Porque si no cómo se explica que el Ayuntamiento de Navia haya tenido que interrumpir las obras de la calle Campoamor en la mitad por haberse agotado el dinero. Yo creo que para que los ayuntamientos no se vean condenados a la inopia no habrá otro remedio que eliminar concejos y reagruparlos en uno sólo como medio de incrementar sus ingresos y de abaratar costes. No es posible mantener un Ayuntamiento como el de Pesoz, con 200 vecinos, o como los tres Oscos. Ya se sabe que nadie quiera perder una situación creada aunque sea artificial, pero la independencia sólo debe mantenerse si se generan los medios para mantenerla dignamente.