Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

La gran familia minera del Suroccidente asturiano y del Norte de la vecina provincia de León llora la muerte en Caboalles (Laciana, León) de su compañero José Eladio Fernández, de 45 años. La capilla ardiente instalada en el tanatorio del Reguerón, en Cangas del Narcea, recibió ayer la visita de numerosas personas, que quisieron acompañar a su esposa y resto de familiares en tan tristes momentos.

El funeral por José Eladio tendrá lugar hoy en la Basílica de Cangas del Narcea, a la una de la tarde, y el entierro será en el cementerio de Regla de Corias.

José Eladio Fernández falleció en un accidente laboral en la mina «La Escondida» en la mañana del martes. Estaba tratando de echar aceite y limpiar una máquina rozadora cuando está le arrollo. Aunque sus compañeros trataron de auxiliarle inmediatamente, las heridas que le causó la gran maquinaria lo hicieron imposible.

Los mineros se reunieron en el exterior de la explotación y ya no volvieron a entrar. Hoy mismo se está siguiendo el día de luto preceptivo en todas las minas de la comarca de Laciana.

Este ha sido el primer accidente mortal en el sector en lo que va de año, en lo que a León y Asturias respecta, y el primero que se produce tras el accidente mortal de octubre en las minas de Cerredo.

«La Escondida» pertenece al grupo de minas que se encuadran bajo la empresa Hijos de Baldomero García y está situada en las inmediaciones del pueblo de Caboalles, que limita con Cerredo por lo que es habitual que gente asturiana trabaje allí.

José Eladio Fernández era natural de Tuña, pero estaba casado y vivía en Cangas del Narcea, y tenía 46 años. No tenía hijos. Las reacciones sindicales han sido de gran tristeza, pero no se han mostrado especialmente beligerantes pues consideran que se trata de un desgraciado accidente más que de una muestra de la tendencia negativa de la seguridad dentro de las minas.

Juan Carlos Muñoz, secretario comarcal del SOMA-FIA-UGT en el Suroccidente de Asturias, expresó, primero, el obligatorio pésame a la familia y a los compañeros. «Yo no le conocía personalmente, pero todos sentimos estas pérdidas como propias», dijo.

En opinión de Muñoz, «estos accidentes suelen pasar, por desgracia, en las minas, aunque menos de lo que pasaban antes. En las minas han mejorado notablemente los sistemas de seguridad y, por supuesto, esto no tiene nada que ver con lo que era hace veinte años».

Eso no impide que Muñoz se queje explicando que «sigue habiendo accidentes, como en otros sectores, y parece ser que esto es lo que ha sido, un accidente. Lo que está claro es que siempre hay que seguir trabajando en los sistemas de seguridad, siempre, porque por mucho que se haga en este aspecto siempre va a ser poco, y en esa dinámica estarán los sindicatos».

Por su parte, Santiago Martínez, secretario general de la Unión comarcal de CCOO en el Suroccidente, se muestra en una linea similar. Para empezar mostró el pésame a todos los familiares y amigos del fallecido. «Es algo que nunca quieres ver, una muerte en el trabajo es algo siempre terrible, y en la minería se sabe mucho de eso», señaló.

Martínez, sin embargo, muestra más de contundencia al explicar que «habrá que seguir insistiendo la seguridad en la minería, porque no se puede permitir que haya dos accidentes tan graves, dos muertes, en tan poco espacio de tiempo». El secretario comarcal de CC OO se refirió, así, a la muerte de Gerardo Fernández en el plano inclinado de Cerredo el pasado 20 de octubre. Por supuesto, Santiago Martínez entiende que son dos casos que tienen diferencias. «A simple vista el accidente de ayer parece eso: sólo un accidente. Pero hay que intentar evitarlos a toda costa», señaló. La empresa, Hijos de Baldomero García, ha declinado el hacer cualquier tipo de declaración sobre el accidente.