Hay pocas cosas capaces de quitarme el sueño, pero sé que hoy, cuando lean esto, no habré pegado ojo. La culpa de mis ojeras y de las de todos los vecinos de Boal e Illano y del resto del Occidente, que nos apoya en esta lucha, la tiene un hombre: José Luis Iglesias Riopedre, consejero de Educación del Principado de Asturias. Espero que hoy, cuando el alcalde de Boal reciba la llamada del Principado, sea para decirle que aún quedan políticos que son capaces de tener un atisbo de sensatez y de honradez, y que es de sabios recular a tiempo. Espero que Riopedre rompa el fax que alertaba del cierre del Bachillerato en Boal y espero que, al menos en esta batalla, el Occidente gane. Hay pocas cosas de las que Boal pueda presumir y es que «sobrevivir» con todo en contra no es fácil. Entiendo que usted, señor Riopedre, no sienta como suyo un pueblo que, probablemente, nunca pisó y que queda alejado del centro de Asturias porque las carreteras son estrechas y con curvas, se cuelga la línea ADSL, otros ni siquiera la tienen, muchos no reciben bien la señal de televisión y los políticos no vienen a hacer campaña. Pero Boal puede presumir de algo muy importante: de su educación. La nuestra, la que se consiguió dentro de nuestro colegio e instituto en colaboración perfecta entre educadores, padres e hijos. Las labores pedagógicas van más allá de lo que marca el currículum y yo, que también he estudiado en Oviedo, puedo asegurarle que ningún tiempo ha sido mejor aprovechado que el de mi paso por Boal y que éste, el de la educación, debería ser un derecho que no se pusiera en duda y menos usted, como experto en el ramo. La defensa de la zona rural se hace desde dentro y de poco sirve que nos hablen de proyectos de desarrollo, planes de rehabilitación integral y denominaciones varias. Nos sobran centros de interpretación y nos falta gente. Los pueblos necesitan vida y quienes, con esfuerzo, habitan en ellos tienen los mismos derechos que los nacidos en el centro. Espero que mis ojeras de hoy sirvan para algo y confío en que tenga en cuenta que si cierra el Bachillerato de Boal va a necesitar usted de una reforma más profunda, porque la palabra igualdad está en todos los libros y yo, que soy estudiada en Boal, aún recuerdo el significado y, si lo necesita, también puedo volver a repetírselo.