Boal, A. M. S.

Desde que hace poco más de una semana las familias con escolares matriculados en el centro Carlos Bousoño de Boal recibieran la notificación del Principado de que la enseñanza de Bachillerato se suprimiría a partir del próximo curso, todo un pueblo se ha movilizado. Los habitantes del concejo boalés y de Illano (los dos municipios afectados por la medida) ya lucharon por la continuidad de esta enseñanza en 1998. Entonces, también estuvo amenazado este ciclo, pero la fuerte contestación popular a su supresión consiguió que no se llevara adelante.

Este año, los padres y madres de los escolares, además de los profesores y las Corporaciones municipales se han sumado a las protestas. Desde el pasado martes, se han sucedido las concentraciones de apoyo; en las villas de Boal e Illano han aparecido carteles de apoyo a la continuidad de la enseñanza e incluso se ha amenazado con iniciar encierros en las aulas si la Consejería de Educación mantiene su intención de suprimir el Bachillerato a partir del próximo curso. Las familias han repartido crespones negros (que simbolizan la «muerte» de un pueblo) y recogido casi 1.000 firmas. También se ha creado un grupo de Facebook que suma más de 1.300 personas que rechazan la supresión del ciclo.

La comunidad educativa y los dos concejos afectados se oponen a este medida por varios motivos. En primer lugar, porque consideran que no es está respetando a la escuela rural y sus características propias, como las bajas matriculaciones por ser centros que trabajan en un territorio más deprimido y con más dificultades para fijar población. En segundo lugar, porque la educación es un servicio básico, «que ahora se está negando en Boal». Los padres son especialmente críticos con la posibilidad planteada por la Consejería de Educación de que los alumnos se matriculen en el instituto de Navia, al que está adscrito el boalés. Aseguran que el desplazamiento genera un sobrecoste importante para algunas familias y va en detrimento de la calidad de vida de los escolares, que en algunos casos tendrían que viajar más de dos horas diarias para acudir al centro naviego.