La Riera (Somiedo),

Lorena VALDÉS

A los vecinos de La Riera (Somiedo) aún no les ha pasado el susto después de que el domingo sobre la una y media de la tarde, coincidiendo con la salida de los feligreses de misa, varias piedras se desprendiesen de una ladera cercana y fuesen a parar a varios puntos del pueblo. No hubo que lamentar heridos pero sí desperfectos en la barandilla de un puente, en un gallinero y en la cancilla de un bar. Los afectados temen nuevos incidentes y echan la culpa a los jabalíes.

Las gallinas de Cándida Cano están al igual que ella: atemorizadas. El domingo, al mediodía, campaban a sus anchas por el prado cuando una enorme piedra impactó sobre el techo del gallinero de la mujer causando importantes desperfectos. «Volvía de misa cuando ocurrió todo. A una mujer de La Pola por poco la engancha una de las piedras. Tengo una angustia tremenda y todavía se me escapan las lágrimas», explica la mujer.

Sus gallinas tampoco se han recuperado tras lo sucedido. «Tengo 16 y todas lograron salvarse, pero tenían tanto miedo que se escondieron y no aparecieron hasta casi de noche. Ponen huevos igual pero tienen miedo, no quieren salir», comenta Cándida. Gloria Menéndez también tardará en olvidar el suceso.

La mujer preparaba tranquilamente en la cocina el pote para la comida del domingo cuando se llevó un buen sobresalto. «Por la ventana vi como una de las piedras caía sobre la cancilla del bar y la destrozaba, es un milagro que ninguna persona resultase herida», afirma.

Sobre las causas del desprendimiento, la somedana lo tiene claro: «Las piedras parecen sacadas de debajo de la tierra, yo creo que esto es obra de los jabalíes».

Los afectados lamentan que en su intervención los bomberos no rastrearan la ladera para asegurarse de que no se produzcan nuevos desprendimientos. «Hace unos años cayeron unas piedras más pequeñas y destrozaron un coche nuevo que estaba aparcado delante del bar», alertan los vecinos. En Somiedo, desde el domingo los huevos y el pote no saben igual.