Salas / Cudillero, I. P.

Lugares como Brañaseca, Culebreo, Gallinero, La Rondiella y Lendepeña se han convertido en un escenario habitual de los ataques del lobo. Durante los últimos años, los ganaderos de algunas brañas vaqueiras de Valdés, Salas y Cudillero han visto cómo estos cánidos han reducido, en algunos casos a menos de la mitad, el número de cabezas de ganado de sus cabañas.

Tal y como recuerdan los mayores del lugar, «hace unos cuarenta años se registraron casos aislados de ataques al ganado». No obstante, nadie afirma haber vivido una situación como la que atraviesan a día de hoy. A partir de 2001 el lobo ha intensificado su presencia en sierras como la Bordinga, Los Vientos y Las Matas, aseguran.

Según los ganaderos, la situación actual es la peor que se recuerda en la zona. «Los lobos ya no se limitan a atacar tan sólo a piezas de pequeño tamaño, sino que también se atreven con novillos, novillas, vacas y caballos», advierten. Un claro ejemplo de la desesperación que se vive es el caso de Manolo Garrido, cuya cabaña, compuesta por doscientas cincuenta ovejas y ochenta cabras fue reducida a ochenta y siete cabezas, respectivamente.

A todo esto se suma una mayor presencia del buitre en la zona, el cual impide, en muchos casos, localizar los restos del ganado atacado por los cánidos. «Se comenzaron a ver por aquí hace un año. Hasta entonces nunca los habíamos visto», subraya Manuel Riesgo, vecino de Lendepeña.

El lobo sigue provocando daños casi a diario a pesar de que en 2008 y en 2009 el Principado oganizó dos batidas. Los ganaderos señalan que esos controles fueron insuficientes y advierten de que los vecinos se están viendo abocados a abandonar su actividad en el pueblo.