Estamos viendo a los estudiantes atosigados en estas fechas ante el pavor que supone enfrentarse a los exámenes, un trámite que no siempre hace justicia. Y no estaría de más recordar para alivio de caminantes que ni Pitágoras ni Platón se examinaron jamás. Aristóteles y Teofrasto enseñaban paseando por el pórtico (peripatos). Einstein fue estudiante mediocre y Alberti no terminó el bachillerato. Y sin embargo su impagable aportación a la cultura tiene poco que ver con la burocracia y el rigor universitarios. Y frente a las exigencias de las asociaciones de padres no estaría de más recordar que la pizarra de los alumnos de Pitágoras era la arena de la playa y que Newton descubrió la ley de la gravitación universal bajo la sombra hospitalaria de un manzano. Y puesto que estamos empeñados en modificar la educación no estaría de más tener en cuenta cuestiones que supongan a los estudiantes un alivio de sus responsabilidades cada mes de junio.