Que estamos viviendo tiempos de crisis profunda y que vamos a peor lo marca la cruda realidad. Tengo entendido que la falta de recursos obligará a paralizar en unos días las obras de la estación de autobuses de Navia, que se retrasarán hasta el próximo febrero. Lo cual supone una contrariedad para todos, porque vamos hacia atrás como los cangrejos. Es de esperar que la calle de la estación, que lleva un año cortada, se restaure de una vez y se pueda circular por ella no perjudicando por más tiempo a los negocios que se encuentran en esa calle. Por eso me asombra y me indigna que el Principado pase la vida haciendo promesas falsas, a sabiendas que no van a verse cumplidas, como ocurrió con la Casa de las Artes. Es decir, que retrocedemos a los tiempos de la posguerra y tendremos que seguir aguardando el autobús de pie en la calle soportando el frío y la lluvia y causando caos a la circulación en la travesía principal.