San Félix (Tineo),

Pepe RODRÍGUEZ

La parroquia de San Félix, en Tineo, ha unido esfuerzos para arreglar la iglesia que, según los vecinos, presentaba un estado lamentable. Un total de 78 casas de los pueblos de Eiros, Ablaneda, La Piñera, Lago, Cabañas, San Feliz y Agoveda han tomado la responsabilidad de mantener su patrimonio.

Los inicios fueron de todo menos fáciles. El sacristán, Evaristo Antonio Menéndez, de la mano del sacerdote, convocó a todo los vecinos para explicar los problemas a los que se enfrentaban en la iglesia parroquial, erigida hace unos doscientos años en un lugar donde se tiene constancia de que ya en el siglo XVI había otro templo.

Según parece, desde su construcción la iglesia nunca fue objeto de mejoras, hasta el extremo de que en la sacristía sobresalían del piso huesos de los enterramientos de sacerdotes realizados en su suelo. Había, además, grandes humedades.

Al sacristán y al sacerdote les costó convencer a todos de la necesidad de abordar la reparación de la iglesia de San Félix, pero, poco a poco, los vecinos se concienciaron y aportaron 100 euros cada uno para afrontar las obras. Al final, se repararon los saneamientos de la sacristía, se picó la fachada, se rejuntaron las piedras, se pulió el suelo y se pintaron las paredes por dentro.

Los vecinos señalan al sacristán como el «culpable» de todo, pero él se muestra tímido y rechaza cualquier protagonismo. «Fue cosa de todos, no mía», afirma. Mari Carmen Pérez le desmiente. «Fue él quien nos insistió y nos unió; que se lleve su mérito. Creo que ha quedado fenomenal, y era algo muy necesario, estamos contentos y orgullosos de lo que hemos conseguido».

Manuel Rodríguez, por su parte, recalca que «esto estaba hecho un desastre. No es que le guste a todo el mundo como ha quedado, pero con el dinero que teníamos no se podía hacer mucho más». En este punto destaca la ayuda del Obispado y la Caja de Ahorros. «Nuestro objetivo ahora es mejorar el cabildro exterior, igualarlo con lo de dentro y ponerlo a la misma altura».

Ana Fernández también muestra su alegría. «No es nada fácil poner de acuerdo a tanta gente. Pero sabemos que esto es nuestro y que, si no lo defendemos, nadie lo hará por nosotros». No quieren polémica, pero tampoco quieren dejar de decir que siete vecinos de la parroquia se han desentendido de la obra.