Grandas de Salime

Tres años lleva Grandas de Salime esperando el que es su proyecto de futuro más esperado, la instalación de una empresa de cría de salmones y truchas en el embalse de Salime. Los cálculos apuntan alto. Si el proyecto llegase a consolidarse ésta sería la mayor empresa del concejo. Sin embargo, un plan que empezó con mucha fuerza parece haberse quedado encerrado en un cajón, porque, según explica el propio alcalde de Grandas de Salime, el socialista Eustaquio Revilla, «de momento no sabemos nada más que las intenciones, nada en firme».

La empresa gallega Marcultura, S. A. y la asturiana Sadim, asociada a Hunosa, eran las dos factorías interesadas en pujar por este proyecto que además serviría para recuperar la población salmonera en Grandas de Salime. Un animal que hace muchos años que desapareció de las aguas altas del Valle del Navia, debido a los pasos imposibles de superar que supusieron para estos peces los embalses de Arbón, Doiras y Grandas de Salime.

El proyecto para la instalación de un centro de crías contaba con un presupuesto inicial de doce millones de euros. De este montante, siete de ellos se invertirían directamente en el embalse de Grandas y el resto en Cangas del Narcea. El proyecto de cría de salmones de Marcultura se desarrollaría en tres fases: la cría de alevines en Cangas del Narcea, el traslado de los alevines a Grandas de Salime y el engorde de las truchas y salmones en 96 jaulas de doce metros de diámetro en el embalse. La compañía preveía una producción anual de 3.000 toneladas de pescado. La última fase del proceso de producción sería el envasado y comercialización, para lo que se apostaba por construir una planta en el área central del Principado, proyecto éste que preveía crear 83 puestos de trabajo.

Las previsiones iniciales apuntaban a que el proyecto sería una realidad en 2008, pero lo cierto es que dos años después el embalse de Grandas de Salime sigue sin tener salmones entre sus aguas ni nada que haga pensar que el proyecto sigue adelante. «Creemos que todo está bastante parado», aclara el redor grandalés.

Esta singular iniciativa, única en Asturias, contaba además con el visto bueno del Principado de Asturias. Fue la por aquel entonces viceconsejera de Medio Rural, Tomasa Arce, la que explicó que el proyecto le parecía muy interesante y una forma «estupenda» de compatibilizar el medio rural con las explotaciones de desarrollo. El embalse de Salime siempre ha sido uno de los recursos en los que el concejo pretende apoyarse para buscar un modo de vida. En un municipio que, al igual que sus vecinos del valle, pierde población a pasos agigantados.

Grandas sigue a la espera de recibir noticias de la empresa gallega Marcultura, principal promotora de este proyecto, que ya posee siete piscifactorías, y que anunció una de las mayores esperanzas al concejo grandalés. Recuperar la tradición perdida de la venta y cría de salmones, que ya funcionó durante algún tiempo en el concejo, cuando todavía no se había construido el salto, concretamente en la zona conocida como Vega de Hórreo. «Ojalá este silencio sea que están rematando el proyecto», sentencia Revilla.