Mario tiene 5 años y una parálisis cerebral diagnosticada. Gracias al perro Blus levanta los brazos y emite un sonido gutural. Es capaz de mover la cabeza a un lado, algo que antes no hacía, y casi de cambiar su expresión. Ahora es más feliz. Son los resultados de la terapia asistida con animales, un tratamiento que ayer la adiestradora Táchica Carmona, junto a su equipo de la empresa Canem (con sede en Zaragoza) analizó en Navia. El Centro cultural El Liceo acoge estas jornadas, que tratan de dar a conocer esta terapia y sus resultados.

En el Occidente es la primera vez que se celebra un seminario de este tipo y también que opera una empresa dedicada a mejora la calidad de vida de colectivos con problemas gracias a los llamados perros de asistencia. Su trabajo consiste en acercar al domicilio de los interesados a los animales y de hacer que ellos sean una motivación para aprender a hacer cosas o incluso para mejorar la autoestima.

La empresa, con siete años de experiencia y que ayer contó a los asistentes al taller sus secretos y labor, trabaja con enfermos de cáncer o mujeres maltratadas, además de personas con capacidades limitadas. «Es una terapia que no es convencional y complementa a otros procesos terapeúticos», explicó Carmona. Los resultados se traducen en mejoras en el físico y la salud mental de las personas que prueban la experiencia, que de momento en el occidente asturiano son pocas. Las jornadas, que requieren inscripción previa, continuarán hoy durante todo el día.