Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

«Brindemos por lo bien que ha salido todo en esta edición y por que el Festival sea el año que viene Fiesta de Interés Turístico Regional». Fueron las palabras del director del Festival Intercéltico de Occidente (Fido), Martín Fernández, en la recepción y despedida de las bandas celebrada ayer en el Ayuntamiento de Tapia. A falta del recuento definitivo, ya son más de quinientas las firmas recogidas a favor de la declaración. El siguiente paso será enviarlas al Principado. La Concejala de Cultura, Laura Nogueiro, estuvo ayer presente en el adiós a las bandas y también recalcó la importancia de que el festival reciba el reconocimiento turístico que se merece.

Nogueiro aseguró que este año «la organización se ha superado y ha regalado un festival magistral». También los músicos, muchos ya asiduos a la cita, se mostraron encantados. Es el caso del director de la banda escocesa, Andy Melvin, que la definió como «una fiesta maravillosa que hace a la gente más feliz». Melvin, que ha participado en numerosos festivales por todo el mundo, aseguró que el nivel y la calidad de la cita tapiega no tiene nada que envidiar a otras.

Precisamente este año, el Festival quiso hacer un guiño a Escocia y, prueba de ello fue la «Sweet Scottish Night», que este año sustituyó por primera vez a la tradicional «Noite Máxica». El espectáculo, que corrió a cargo de la banda escocesa, contó con una impresionante presencia de público. No obstante, desde la organización explican que el año que viene regresará con más fuerza la «Noite Máxica»: «Queremos hacer algo que sorprenda al público ya que no todos los años se cumple el quince aniversario».

La banda escocesa «Williamwood», la gallega del concejo de Verea y la asturiana de Soto de Rei abandonaron ayer la villa tapiega, capital celta del Occidente durante una semana. Entre los numerosos turistas que abarrotaron Tapia estos días, el comentario del tiempo fue el más escuchado. No en vano, las jornadas del Festival transcurrieron bajo un sol de justicia y unas temperaturas insólitas.

La «Alborada del mar» fue ayer otro de los actos protagonistas, junto con la misa folclórica. «Es muy emotiva y además es una maravilla cómo suenan las bandas en el interior de la iglesia», señaló una vecina. El Festival logra en cada edición arrastrar a Tapia a buen número de turistas que se implican y participan en las numerosas actividades previstas, pero también ha conseguido ganarse al público de casa. «Nos felicitan y sentimos que apoyan la propuesta y que sienten el festival como algo propio», señaló su director.