Salas, Lorena VALDÉS

«A mí me han echado por ser una mujer». Así de rotunda se muestra la guarda de caza Judith de las Heras Díaz, despedida el pasado 5 de agosto de su trabajo en el coto de caza de Salas por la nueva directiva de la Sociedad de Cazadores del concejo, quien argumenta su decisión por problemas económicos. Tras un acto de conciliación celebrado el pasado lunes, en el que la guarda no logró el despido nulo que pretende, De las Heras recurrirá a la vía judicial. Dice sentirse apoyada por la mayoría de los cazadores.

En abril de 2008, Judith de las Heras, «una enamorada de la caza desde que era niña», entró a formar parte de la plantilla de guardas de caza del coto de Salas. La guarda asegura que, a pesar de que no es habitual que una mujer desempeñe este oficio, se sintió «muy bien aceptada». La situación cambió el pasado 28 de julio con la llegada de la nueva directiva. Una semana después era despedida. «El coto debe tener por ley cuatro guardas y actualmente, tras mi despido, sólo cuenta con tres, una situación que ya ha sido denunciada en la Consejería de Medio Ambiente», argumenta.

A los problemas moneratarios, la directiva añadió en el acto de conciliación que la trabajadora «incumplía el horario, tenía enfrentamientos con sus compañeros, entre los que se incluye su marido, y creaba mal ambiente». Unos argumentos «absolutamente falsos», asegura De las Heras.