Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

Cuando el carro de madera, carro del país, salió del Ayuntamiento de Cangas del Narcea tirado por una pareja de vacas adiestradas para ello y cargado de uva para escenificar la pisada tradicional del vino de la comarca, todas las nubes saludaron a los presentes con un bonito aguacero que acabó convirtiéndose en el protagonista de la jornada.

La Fiesta de la vendimia de Cangas es una fiesta popular que se vive a pie de calle, porque reúne a la gran mayoría de la gente alrededor de toneles colocados, a modo de mesas, en puestos callejeros. La lluvia, y más si cae con la intensidad con la que lo hizo ayer, estropea ese ambiente y recluye a los asistentes en el interior de los bares.

La meteorología quiso, además, incidir con mayor virulencia justo en el momento en que la tradición del vino de Cangas se vive con mayor expresividad. Las diferentes cofradías asistentes, lideradas siempre por la Cofradía del Vino de Cangas, abrieron la marcha hacia la plaza de la Oliva, lugar donde el carro del país se detuvo para que cuatro miembros de la peña «La Castaña» pisaran la uva y el presidente de la cofradía probase el primer mosto del año. Normalmente, esta procesión es seguida masivamente, pero ayer no se vieron más que paraguas por la calle Mayor.

Al concluir la pisada, el presidente de la cofradía, Raúl Taimil, aseguró: «Esta agua ya estaba prevista, porque es gloria para las uvas: las limpia de levaduras y, a poco que haga sol mañana y pasado, se podrá vendimiar una uva excelente. La cosecha de este año es la mejor que hemos tenido nunca, así que brindo por el vino, por la felicidad y por todos vosotros». A lo largo de la mañana, sin embargo, la meteorología fue muy favorable y la fiesta lució sus mejores galas. Los grupos folclóricos se mezclaron con la gente, con las demás cofradías, venidas de sitios como Cantabria, el Algarve, Castilla, Galicia y, por supuesto, de otros sitios de Asturias, como la de los quesos de Morcín.

En el teatro Toreno, también por la mañana, se celebró el gran capítulo de la Cofradía del Vino de Cangas, que nombró cofrade de honor a Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, poco antes de que abandonase Cangas del Narcea. El presidente cántabro mostró los mismos argumentos que expuso en su discurso de recogida de la «Cepa de oro» e insistió en la grandeza del mundo rural, en la calidad del vino de Cangas y en su compromiso para convertirse en un gran embajador de este producto. Juan Morales, presidente de IDEAS y candidato a la Presidencia del Principado de Asturias, también estuvo en Cangas y aprovechó para explicar que la industria agroalimentaria «crea riqueza y empleo en Asturias en el presente y, especialmente, en el futuro. El vino es un elemento dinamizador de la comarca».