Corias (Cangas del Narcea).

Alejandro García, director del seguimiento arqueológico de las obras de transformación del monasterio de Corias en Parador Nacional -dependientes del Ministerio de Industria-, ha negado que dichos trabajos hayan dañado los restos de la iglesia románica hallados el interior del cenobio. Tras las denuncias de expertos y políticos, García asegura que «las columnas colocadas en la iglesia son la mejor opción constructiva posible dadas las circunstancias. Los restos aparecieron a la cota que aparecieron y, en ese contexto, se decidió que se colocaran dos columnas en en el crucero y una tercera en el abside. Pero se llegó a esa conclusión tras numerosos estudios y trabajos, fue una decisión largamente meditada y, antes de criticarla, sería bueno que la gente se informase y hablase con propiedad».

El arqueologo Alfonso Fanjul, consultor del Partido Popular, denunció que los trabajos están siendo «lesivos» contra el patrimonio. A ese denuncia se sumaron también responsables políticos del PP en la comarca, como Emilio Rodríguez, y el líder de la formación IDEAS, Manuel Rodríguez Blanco, que criticaron el «desatino» de colocar tres vigas de cemento en medio de los restos de la iglesia románica, del siglo XI, que apareció al iniciarse la excavación para construir el aparcamiento del Parador.

El arqueólogo responsable de los trabajos niega la mayor. «No era viable sostener una estructura como el aparcamiento sin esa sujeción. Porque si hay algún mago que consiga eso, estaríamos encantados de escucharle. Se valoró la idea de dejar la iglesia al descubierto, con una vidriera de cristal protegiéndola, pero surgían problemas como el impacto en la fachada del monasterio o la condensación de la humedad. En definitiva, insisto, la decisión no fue fruto de la casualidad o la primera idea que se nos ocurrió, fue algo muy meditado y estudiado, porque para nosotros esta iglesia es un hallazgo importantísimo y todo lo que hacemos es tratar de protegerla de la mejor manera posible. La superficie de la iglesia, veinte metros, también lo hacían dificultoso».

El futuro de esta iglesai románica del siglo XI será convertirse en una especie de museo por el que puedan pasear los visitantes y clientes del parador. Incluso se podrá caminar por el medio de las mismas ruinas (que estarán protegidas), mientras ser observan los bjetos que se han ido encontrando en las excavaciones y que suponen una riqueza patrimonial enorme, ya que no hay piezas de esa antiguadas tan bien conservadas en la provincia. Recuerda García que «el interés del proyecto de convertir la iglesia en museo es altísimo. Es un reto que requiere un gran esfuerzo. Hemos encontrado unos 140 restos que están en proceso de estudio antropológico porque, y esta es otra mentira que se ha dicho, no es cierto que se comenzarán las obras antes de concluir la excavación».

Esta iglesia será, por tanto, visitable y contendrá, expuestos, algunos de los artículos que han ido apareciendo a su alrededor y que suponen algo único en Asturias: espuelas de un caballero, monedas, alfileres, puñales, cuero de las calzas e, incluso, una lápida del año 1046, perteneciente a un noble de la zona y de la época, en buen estado de conservación. Alejandro García concluyó: «El proyecto es muy importante, y estará ahí para ser juzgado cuando se acabe, pero no se puede hablar desde el desconocimiento».