Sobrado (Tineo),

Pepe RODRÍGUEZ

La carretera que une las localidades de Gera y Porciles, en el concejo de Tineo, presenta un perfecto muestrario de baches, cuevas, firme en mal estado, zonas sombrías, charcos y todo tipo de elementos capaces de entorpecer la circulación. A lo largo de sus 11 kilómetros se pueden apreciar todos los defectos históricos de las comunicaciones del suroccidente asturiano. Serviría como un museo de los horrores de las carreteras si no fuese porque aún está en uso y aún tiene que dar servicio a toda una zona.

Concretamente, entre Porciles y Gera hay 13 pueblos, con unos 500 habitantes, más de 25 ganaderías de considerable tamaño y más de 3.000 cabezas de ganado, amén de 25 críos que cogen el autobús para la escuela todas las mañanas.

Los vecinos de Sobrado, uno de los pueblos que se hallan en ese recorrido, ya están hartos de aguantar esa situación y de que no se les haga caso. Roberto Álvarez cuenta que «los camiones pasan a duras penas, pero no se pueden cruzar. Imagínese lo que significa eso para una zona ganadera como esta, que necesita que vengan los camiones un montón de veces. Hay muchos que no quieren venir porque aquí se dejan las suspensiones o las ruedas. El estado de esta carretera es lamentable y lo puede ver cualquiera que circule por ella», concluye.

Maximino Fernández, otro vecino, ironiza: «los que están contentos con esto son los mecánicos, digo yo, porque les da trabajo de sobra. Los demás sufrimos esta carretera: los camioneros, los de los piensos, los de Correos, los veterinarios, los panaderos, los que recogen la leche... y nosotros, por vivir aquí», enumera.

Tercia otro vecino: «Los mayores, que tienen que ir cada poco al médico, mira tú en que condiciones hacen el viaje. Hace años una señora se rompió una cadera y bajó al hospital, en la ambulancia, en un puro grito. Si ya es duro ir a cualquier sitio con un hueso roto, con este traqueteo es infernal, insufrible», manifiesta. Y es que hace 35 años que no se toca el asfalto de esta vía más allá de algún parche que otro, pero los vecinos también exigen que se retoque algo el diseño porque las zonas sombrías en invierno son muchas y peligrosas.

Alicia Suárez lo resume explicando que «el año pasado hubo una gran helada, como siempre, y no se quitó de la carretera, que era un plancha de hielo en algunas zonas. Pues el autobús de los niños de la escuela se negó a pasar y tuvieron que quedar en casa». El transporte escolar es uno de los más afectados por los baches y los socavones del firme. «Los nenos se tienen que levantar antes de las siete de la mañana porque desde aquí a Tineo, que son 20 kilómetros, el autobus tarda una hora y veinte minutos. No hay derecho a esto», asegura.

María Pilar Rubio, otra afectada, lanza un mensaje a los políticos: «siempre están hablando de su apuesta por la zona rural, de que quieren evitar el despoblamiento de las aldeas... entonces, ¿esto? Aquí hay gente, hay negocios, y estamos completamente abandonados, sin que nos haga caso nadie en algo tan básico como la carretera. Y están enterados de la situación porque el Alcalde de Tineo trajo a los de obras públicas por aquí, así que saben lo que hay, pero no les apetece hacer lo que deben con la gente del mundo rural».