Antes de hacer leyes y medicamentos deberían tenerse muy en cuenta los efectos secundarios. No ha sido así en el caso del proyecto de ley para que a los acusados de maltrato se les niegue la custodia de sus hijos. Y no por saltarse a la torera la presunción de inocencia, como denuncian los jueces. No me cabe la menor duda de que, ante la perspectiva de una dura e incierta batalla judicial, muchas mujeres se sentirán tentadas a tomar un camino más fácil y seguro y presentar una denuncia por malos tratos, aunque no haya habido nada de eso. Es muy probable que las denuncias falsas se multipliquen. Eso hará que, de entrada, aun las denuncias verdaderas sean consideradas sospechosas y la multiplicación de trabajo en los juzgados correspondientes hará que la atención a las auténticas víctimas se retrase. Sin duda el maltrato es una lacra que se debe atajar, pero atacarlo con mucha política y poca lógica terminará perjudicando a aquellas que se debería proteger.