Castropol, A. M. SERRANO

Alicia Fernández, de 11 años, se convirtió ayer en la alcaldesa de Castropol. La alumna fue una de las participantes en el segundo pleno infantil que organiza el Ayuntamiento y que pretende acercar las instituciones públicas a los más pequeños. «Yo solo sé que tengo que dirigir el pleno», comentaba poco antes de iniciar la sesión, cerca del salón de plenos y arropada por sus compañeros, una veintena, que descubrieron ayer cómo se toman las decisiones de ámbito municipal.

La iniciativa cumple dos años en Castropol y está dirigida por el gobierno local. Durante una hora, los niños debaten sobre los temas que les preocupan y deciden sobre las necesidades del municipio. No todo lo que se pide se puede conseguir, «pero se tiene en cuenta», explicaba ayer el alcalde, José Ángel Pérez. En la sesión de ayer, los pequeños pidieron mejorar los parques infantiles, el alumbrado, los caminos e incluso se atrevieron e pedir por lo alto: creen que Castropol necesita un telecentro y consideran que el servicio de bibliotecas debería llegar a los pueblos.

Beltrán Devesa López, de Ribadeo, fue ayer secretario del Ayuntamiento por un día. «Solo sé que tengo que tomar nota de todo», indicó. La sesión transcurrió con más silencio del esperado. Pocos preguntaron y el Alcalde les contó cómo funciona un Ayuntamiento. «Tomamos decisiones para que todo funcione, pero para eso necesitamos dinero», explicó el regidor. «Por eso no se puede tener todo y debemos decidir qué es lo más importante en cada momento», añadió. Alicia Fernández escuchaba atenta a la persona a la que iba a emular por unas horas. Al final de la sesión, los escolares participantes tenían la impresión de saber un poco más de política. Un poco más que hace un año. Y es que esta es la segunda vez que acuden al Ayuntamiento castropolense para participar en una iniciativa de este tipo.

El concejo presume de ser uno de los dos del Occidente premiados por Unicef por promover proyectos dedicados a la infancia. Puso en marcha un programa para impulsar la participación de los jóvenes en las decisiones del municipio y fue pionero en Asturias en elaborar un anuncio publicitario con contenido turístico en el que los más pequeños eran los progatonistas, enseñando los rincones del concejo a través de sus propios recuerdos o vivencias.

Otro concejo de la comarca Oscos-Eo, Taramundi, tiene también una gran experiencia en impulsar la participación infantil en la vida pública e institucional. El gobierno local promovió esta semana una nueva actividad con los pequeños, tal y como hizo Castropol, para implicarles en las decisiones que les afectan y que atañen a su concejo. En este caso, se trató de la elección del lugar idóneo para ubicar un parque infantil y de la selección de los juegos que albergaría.

Dos iniciativas «con éxito», a juicio de sus organizadores, y que tendrán continuidad. Ambos municipios esperan seguir con estos programas para lograr que los niños crezcan con nociones sobre la vida política municipal. Un reto, según los alcaldes de los respectivos municipios, que se pretende conseguir «poco a poco».