Salas, Lorena VALDÉS

Nadie las ve, pero existen. Al menos, para el Ministerio de Fomento, que asegura que los tres tramos pendientes de ejecución de la autovía del Suroccidente (Doriga-Cornellana, Cornellana-Salas y Salas-La Espina) están en obras.

Así lo sostiene en un correo electrónico remitido a LA NUEVA ESPAÑA: «Las obras de la A-63, los tres tramos Doriga-Cornellana; Cornellana-Salas y la 1ª calzada de Salas-La Espina, están en curso de obra».

Sobre el terreno, no hay nada; las obras y el entorno están completamente despejados de operarios y maquinaria desde finales de 2010. Sin ir más lejos, el pasado domingo, la asociación «Cumbre Tineo» recorrió los 11 kilómetros de la primera calzada del tramo La Espina-Salas, cuya inversión asciende a 110 millones de euros. Los caminantes plasmaron en sus fotos la falta de actividad en la infraestructura.

El alcalde de Salas, José Manuel Menéndez (PSOE), ironizó ayer al conocer los «trabajos fantasma» que Fomento dice estar ejecutando en la A-63. «A San Isidro Labrador le ayudaba un ángel a guiar sus bueyes y arar la tierra mientras él se ausentaba para asistir a misa. La autovía del Suroccidente igual es también una obra angelical», comentó el regidor, visiblemente molesto.

Según Menéndez: «Quizás se está trabajando desde los despachos, porque lo que es "in situ" es evidente que no». Recientemente, el alcalde salense ya anunció que si la situación de abandono de la autovía se prolongaba en el tiempo «el ayuntamiento estaba dispuesto a acudir a los tribunales para exigir responsabilidades por los daños colaterales causados».

A comienzos del año en el que esta infraestructura debería estar finalizada en su totalidad según los viejos plazos -previos al parón general decretado por el Ministerio de Fomento- la desilusión y el malestar cunden entre vecinos y políticos que se han cansado de esperar la conclusión de una autovía que permitirá recorrer el trayecto entre Oviedo y La Espina en poco más de 25 minutos.

A la paralización de los trabajos en los tramos pendientes se suma el desprendimiento y los pequeños corrimientos de tierra que sufre el enlace de la autopista en Doriga, inaugurado hace poco más de medio año y que todavía no ha sido reparado. Esta argayo contribuye a acrecentar la imagen de abandono de la autovía que los afectados han denunciado repetidamente.

Las modificaciones en el trazado, una meteorología desfavorable, las complicada orografía y la falta de presupuesto han provocado un sinfín de retrasos en el anhelado eje de comunicaciones entre el centro y el Suroccidente de la región. La autovía venció en julio del año pasado la frontera del concejo moscón con la inauguración del tramo Grado-Doriga. Pocos días después el Ministerio de Fomento anunció la anulación del contrato para la construcción de la segunda calzada del tramo de autovía entre Salas y La Espina.

No fue la última decepción de 2010. El deseo de acercarse al centro del Principado se atragantó de nuevo al municipio salense en el último trimestre con la desaparición de la totalidad de las grúas del viaducto que comunicará Doriga con Cornellana, con los pilares a medias de hacer.

El panorama de abandono que desilusiona a los vecinos, parece que es sólo un espejismo para Fomento.