Soto de la Barca (Tineo),

Pepe RODRÍGUEZ

A buen seguro que pocas veces la salida de humo de una fábrica ha generado tanta satisfacción como la que hubo ayer en el Suroccidente asturiano. Y es que la torre de refrigeración de la central térmica de Soto de la Barca (Tineo) volvió a echar humo. No lo hacía desde junio de 2009, cuando se paró la quema de carbón. Ayer -por decirlo de alguna manera- se arrancaron los motores y hoy se esperan los primeros camiones con carbón.

La central térmica de Soto de la Barca, propiedad de Gas Natural, dejó de quemar carbón por la caída de la demanda eléctrica en España debido a la crisis económica. El sector minero recibió el mazazo de manera directa. En octubre de 2009 la central dejó de aceptar camiones procedentes de las empresas de Uminsa, propiedad de Vitorino Alonso, y de Carbonar, asentadas en el Suroccidente asturiano. Tras un año de actividad extractiva que sirvió sólo para almacenar carbón en las empresas y en Hunosa -que se encargó de recoger parte de ese excedente que no se quemaba- las empresas cesaron en su actividad y mandaron a sus trabajadores a casa con Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

Pero llegó el tan demandando Real Decreto que obliga a las centrales térmicas a volver a quemar carbón y que ahora ha empezado a tener consecuencias reales. Hoy a las siete de la mañana se esperan los primeros camiones con mineral a las puertas de Soto de la Barca. Los trabajadores de Uminsa van a ir volviendo al trabajo de manera escalonada. Esta misma semana se prevé que los encargados de la maquinaria y los camiones se pongan manos a la obra y, poco a poco, todos los expedientes se levantaran.

Tanto las empresas como las centrales tienen carbón almacenado más que suficiente, pero existe el compromiso de dedicar sólo un 40% de ese estocaje a la quema diaria, para que el 60% restante pertenezca a mineral que se comenzará ahora a extraer. El objetivo es evitar que haya actividad energética pero no laboral.

Esta situación, para lo que todas las partes implicadas cruzan los dedos, permite establecer un horizonte de estabilidad en el sector hasta el 31 de diciembre del año 2014, que es hasta donde tiene validez el Real Decreto.

Los trabajadores afectados un ERE y que pueden volver al trabajo en un periodo máximo de cuatro meses son unos 1.500, entre todas las explotaciones mineras de Tineo, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y la vecina provincia de León. Los de las explotaciones tinetenses y de Cerredo serán de los primeros en volver al trabajo. Se prevé que hacia junio esté normalizada la situación.

Santiago Martínez, secretario general de la Unión Comarcal de CC.OO del Narcea, cree que «esto es una buen noticia. O mejor, una muy buen noticia. Y es una muestra más de que el carbón puede ser una apuesta estratégica contra problemas energéticos con un horizonte mayor que el del año 2014».