Castropol,

T. CASCUDO

La asociación de municipios de la reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón (InterEo) estudia la construcción de plantas de biogás en la comarca astur-galaica. Estas instalaciones transforman en energía los purines que producen las explotaciones agrícolas, por lo que cumplen un doble objetivo: resuelven el problema ambiental que causan los vertidos de purines y, al mismo tiempo, producen un recurso energético.

Los catorce concejos consideran que el proyecto, planteado como una iniciativa a medio y largo plazo, encaja a la perfección con los planteamientos de la reserva de la Biosfera y con su vocación de protección ambiental. Por eso están dispuestos a sacar adelante la propuesta, siempre y cuanto se involucre en ella el sector agrícola comarcal. A este respecto, están trabajando en coordinación con las cooperativas agrícolas Os Irmandiños (asentada en Ribadeo) y Seares (afincada en Vegadeo).

La directiva de InterEo, acompañada por representantes de ambas entidades, ha viajado este mes a Requena (Valencia) y Ulzama (Navarra) para conocer dos experiencias similares. El modelo navarro es el que mejor se adapta a la comarca asturiana Oscos-Eo y a la gallega Terras de Burón. En el valle de Ulzama disponen de plantas que producen 500 kilovatios / hora y que aprovechan el estiércol de una veintena de ganaderías donde se crían unas 3.000 cabezas de ganado.

Las explotaciones de ganadería intensiva -las que producen mayor volumen de purines- se concentran en la rasa costera y por eso este sería el lugar idóneo para ubicar las plantas de biogás. El colectivo prevé comenzar con dos instalaciones -una en Castropol y otra, en Ribadeo- y, si el modelo funciona, lo extendería al resto de la comarca.

En el modelo navarro la inversión por planta ronda los cinco millones de euros. InterEo considera que con ese presupuesto podrían construirse las dos plantas iniciales, por lo que el coste no sería demasiado alto. La planta, además de producir energía, también genera abono, que revierte en el cultivo de las tierras.

El presidente del colectivo y alcalde de Castropol, José Ángel Pérez, explica que, si finalmente obtienen el compromiso de las cooperativas agrarias, afrontarán la búsqueda de financiación: «Primero hay que tener la seguridad de que el modelo convence a los ganaderos y, una vez contemos con su implicación, habrá que buscar financiación. Podrían entrar fondos propios de la asociación y de diferentes administraciones, pero no estamos cerrados a la inversión privada».

En el Occidente hay varias entidades interesadas en poner en marcha proyectos de este tipo, aunque, por el momento, ninguno ha fructificado. Es el caso de la cooperativa valdesana La Oturense, que baraja construir una planta de biogás como servicio para sus asociados. Asimismo, en Navia hay una empresa privada con planes similares.

En otro orden de cosas, la asociación InterEo acaba de poner en marcha la red de banda ancha de Internet, un proyecto en el que ha invertido 610.000 euros. De momento, ha comenzado a funcionar en la zona gallega, en concreto en los municipios de Baleira y Negueira de Muñiz, pero estará operativo en todo el territorio antes del 30 de junio. La operadora que promueve la red (Eurona Telecom) comenzará a comercializar las conexiones a los vecinos de manera inmediata.

La asociación de municipios de la reserva de la Biosfera plantea la construcción de plantas de biogás en el territorio asturgalaico. InterEo impulsará la iniciativa si cuenta con el apoyo de los ganaderos.

El modelo que satisface a InterEo es el que acaba de conocer en el valle navarro de Ulzama. Allí se apuesta por pequeñas plantas que aprovechan los vertidos de una veintena de explotaciones (unas 3.000 cabezas de ganado por planta). Inicialmente, el colectivo aboga por construir dos plantas (una en la zona asturiana y otra, en la gallega), pero podrían ser más en función de los resultados.