Arbón (Villayón),

T. CASCUDO

Qué mejor que Arbón, tierra de fabas donde trabaja el mayor productor de faba certificada de Asturias, para lograr un «Guinness» de la mayor fabada del mundo. Es lo que pensó la comisión de fiestas de la localidad, organizadora de esta insólita cita gastronómica celebrada ayer en Villayón.

Pretendían reunir a 2.000 comensales, aunque finalmente -y a falta de contar todos los vales- la cifra rondó los 1.700. No obstante, esa cantidad le bastaría a Arbón para arrebatar el título a La Felguera, que actualmente lo ostenta con nada menos que 1.500 raciones de fabada. La decisión final está en manos de los jueces del Guinness World Records, que deberán emitir un veredicto. Para ello será clave la información remitida por el notario que ayer supervisó todo el proceso de elaboración y reparto de la fabada.

Explica el portavoz vecinal, Juan Fernández, que la notificación tardará algún tiempo en llegar, aunque se muestra esperanzado en lograrlo. Lo único que lamenta es el mal tiempo del viernes, que desanimó a la gente a comprar las invitaciones: «Tuvimos mala suerte con el tiempo, ya que llovió todo el día y eso frena un poco a la gente. Lo que está claro es que la fabada para 2.000 personas está hecha». Y zanjó: «Está mal que yo lo diga, pero además está impresionante».

La idea de organizar una gran fabada partió de las movilizaciones que se vivieron en el pueblo hace años. El objetivo era frenar la construcción de una carretera que pretendía atravesar la zona de cultivo de fabas. En señal de protesta, los vecinos organizaron varias fabadas, aunque a menor escala. Aquella lucha vecinal logró su objetivo y el Principado modificó parte del trazado del vial. Ese éxito se celebra ahora con esta cita, que nace con vocación de consolidarse como una fiesta anual.

Pieza fundamental en el reto fue el hostelero Pepe Santiago y especialmente la perola de 2,5 metros de ancho por 4 de largo que ideó el grupo de hostelería que lidera. En esta olla gigante se cocinó una fabada de la que podrían alimentarse hasta 8.000 personas.

Trescientos kilos de fabas y 800 kilos de compango (morcilla, chorizo, panceta y lacón) fueron los ingredientes centrales de este guiso, que comenzó a prepararse en torno a las diez de la mañana. Cuatro horas después, los cocineros destaparon la perola para empezar a servir el exquisito plato. Los asistentes a la convocatoria se deshicieron en halagos ante resultado.