Cerredo (Degaña),

Pepe RODRÍGUEZ

Un minero leonés, Rafael Otero Reguero, falleció el pasado lunes en el plano inclinado de Cerredo, mina propiedad del empresario Victorino Alonso y perteneciente al grupo Coto Minero Cantábrico. Se desconocen, por el momento, las causas de la muerte, aunque las circunstancias en que fue hallado su cadáver sugieren que pudo morir por asfixia. No obstante, habrá que aguardar al resultado de la autopsia.

Los hechos ocurrieron durante el turno de la tarde del lunes. Rafael Otero tenía que entrar a trabajar a las tres de la tarde, pero llegó con retraso, a eso de las tres y media. Esta circunstancia motivó que entrase al tajo separado de sus compañeros. Era picador y su labor estaba en la capa llamada «Berta», en concreto en el sector denominado OA-Primero Oeste-Este. A las diez de la noche, cuando concluyó ese turno de trabajo, sus compañeros acudieron a las oficinas a dejar su casco y su lámpara y a recoger la ficha que hace que estén identificados. Al cabo de un rato, alguien se dio cuenta de que la ficha de Rafael Otero Reguero seguía allí. Fue entonces cuando se temió que algo podía haberle sucedido al minero leonés.

La búsqueda de Rafael Otero dio resultado: su cuerpo sin vida fue localizado en el entorno del pozo de la citada capa. Según las primeras impresiones presentaba síntomas de asfixia. Los investigadores de los cuerpos de seguridad del Estado se encargaron de recoger pruebas para tratar de averiguar qué pudo pasarle en la mina. Sus compañeros barajaban diversas explicaciones, como que hubiese «maleza» en el aire, es decir escasez de oxígeno.

Otra de las hipótesis planteadas, siempre considerando la asfixia como causa de la muerte, es la existencia de alguna bolsa de grisú, un gas cuya inspiración tiene efectos letales en el organismo. De momento, son sólo especulaciones, pues nadie ha podido presentar pruebas de algún escape de gas, una explosión o algo parecido. La Policia Judicial de la Guardia Civil y los miembros de seguridad de la explotación minera están tratando de recuperar todas las pruebas para tratar de dar explicación al accidente.

El cadáver del picador fue extraído de la mina a las cinco de la mañana y trasladado al hospital comarcal Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea. El funeral por su alma se oficiará en la iglesia de San Pedro, en Villaseca de Laciana, a las cinco de la tarde de hoy.

Otero Reguero tenía 35 años de edad. Estaba soltero y sin hijos, aunque algunos compañeros de trabajo han señalado que tenía novia. Era de Villaseca de Laciana, población leonesa que se encuentra a poca distancia de Villablino. Gran parte de los trabajadores de la mina de Cerredo es de esa zona. El minero llevaba trabajando en Cerredo unos cuatro años, pues fue de los primeros trabajadores que se trasladaron desde la mina del Feixolín cuando el plano inclinado de Cerredo comenzó a ampliarse y a convertirse en el gran centro minero que es hoy.

Sus compañeros paralizaron el trabajo en la mina de Cerredo en cuanto se enteraron de lo sucedido y, como es norma en el sector, al paro de hoy también se unirán las demás explotaciones de la cuenca lacianiega, pertenecientes a las empresas Coto Minero Cantábrico e Hijos de Baldomero García.

El plano inclinado de Cerredo es la mina más importante del suroccidente asturiano y en ella trabajan casi 500 mineros. En su inauguración, en el año 2009, se dijo que aseguraba el trabajo para los siguientes 30 años. La mina-túnel acabará teniendo una longitud de unos 3,5 kilómetros, de los cuales 2,3 ya están abiertos. Estas capas suman más de 40 millones de toneladas. Su producción, de un millón y medio de toneladas al año, la convierte en la explotación de carbón interior más grande de España.