Tapia de Casariego,

Gustavo GARCÍA

Ir al cine, de excursión, salir de fiesta o, simplemente, pasear son actividades de ocio habituales para la mayoría de la gente. Sin embargo, hay personas para las que no resulta fácil desarrollarlas y requieren una ayuda para poder disfrutar al máximo del tiempo libre. La Fundación Edes, con sede en Tapia de Casariego, lleva ya diez años ofreciendo apoyo a los jóvenes con discapacidad, gracias al trabajo de los voluntarios que colaboran en el programa con el objetivo de que realicen las mismas actividades y disfruten de las mismas oportunidades que cualquier otro chico de su edad.

Con motivo de este aniversario y para seguir mejorando el programa, el pasado sábado se celebró, en la finca El Cabillón, donde está radicada la Fundación, la «Jornada de buenas prácticas ocio y discapacidad», a la que acudieron el centro Don Orione, de Llanes, y la asociación «Emburria», de Cangas de Onís, para compartir experiencias en el ámbito de la ayuda en el tiempo libre.

Elena Martínez, de Edes, recalcó la importancia de esta labor en el Occidente, una comarca eminentemente rural y de población dispersa, en que es difícil moverse en transporte público. «Los chicos tienen más dificultad para moverse y procuramos que obtengan autonomía y, sobre todo, que se diviertan», aseguró.

En la asociación «Emburria», creada en 2002, el servicio de ocio se desarrolla desde hace ocho años. Su programa tiene dos vertientes, la grupal, con talleres y excursiones, y la individual, consistente en prestar apoyos concretos para actividades que la persona con discapacidad desea llevar a cabo sola, como ir al cine, a una cena o a una fiesta. «Hemos creado un grupo de teatro, que también ayuda mucho a los jóvenes», manifestó Noelia Sánchez.

El centro Don Orione organiza las actividades en cada vivienda y estas comprenden desde bailar o escuchar música hasta ir a la piscina, acudir a fiestas de cumpleaños o salir fuera del centro. Mari Carmen Fernández, madre de Francisco García, un joven que participa en el programa, se mostró encantada. «Se lo pasa genial y quiere un montón a los voluntarios». A su juicio, su hijo ha progresado mucho con el proyecto.

Como cierre de la jornada, todos aquellos que han pasado por el programa se reunieron para dcompartir una parrillada.