El Candal (Castropol),

T. CASCUDO

La comarca eonaviega podría contar con un segundo refugio de caza, tras el que ya existe en la ría del Eo. La propuesta, planteada por la Coordinadora Ecologista de Asturias, la Asociación de Amigos de la Naturaleza y los vecinos de la zona, reclama la protección de una superficie de 1.015 hectáreas de monte en la zona castropolense de la sierra de La Bobia. La decisión depende ahora de la Consejería de Agroganadería y Recursos Naturales, que tiene toda la documentación en su poder desde agosto.

El caso es que este terreno, en el que se incluyen diversas fincas particulares y un monte proindiviso, ya está vedado a la caza y en él se aplica desde los años noventa una figura denominada cercado rural. No obstante, esta fórmula acarrea gastos para los propietarios, que deben encargarse de señalizar el terreno para que los cazadores no accedan al mismo.

Además, existe una larga trayectoria de conflictos entre los cazadores de La Becacina -que gestiona el coto de Castropol- y los vecinos porque, a decir de éstos, los cazadores no respetan la veda. Es el motivo por el que los particulares reclaman el reconocimiento de la zona como refugio, para dar mayores garantías de protección al terreno y a las especies que lo habitan.

Las agrupaciones ecologistas llaman la atención sobre el hecho de que en esta zona, que forma parte de la Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón, no exista ninguna figura específica de protección para las especies cinegéticas ni para el resto de la fauna de los ecosistemas de montaña. Los refugios más próximos son el de la sierra de Barandón, en Villayón, y el de la ría del Eo. Este último tiene por objeto la preservación de la avifauna.

La propuesta para la creación de este refugio destaca las particulares características de la zona, en la que, según precisa el informe, se está registrando la presencia de osos: «Debido, sin duda, a la escasa presión cinegética, ha vuelto a reaparecer el oso pardo después de casi 30 años». El portavoz de la Coordinadora Ecologista, Fructuoso Pontigo, matiza que no se puede hablar de que «el oso esté criando en la zona, pero sí que ésta ya forma parte de su franja de campeo».

No sólo el oso es habitual, sino también el lobo. Según el informe, esta especie manifiesta una «marcada preferencia por el lugar», sin que haya generado conflictos con los ganaderos. Otras especies destacadas son el halcón peregrino y el cernícalo vulgar, que crían en la conocida como Pena Bruiteira. Corzo y jabalí también mantienen una presencia constante, aunque «no excesivamente preocupante».

En cuanto a la riqueza forestal, se destaca la existencia de varios bosques de frondosas autóctonas, «importantes y bien conservados».