Arancedo (El Franco),

T. CASCUDO

La psicóloga Amparo García acaba de hacer realidad su sueño. Tras cinco años de trámites y obras por fin acaba de abrir la primera residencia de mayores privada de la comarca. El equipamiento, ubicado en la localidad franquina de Arancedo, tiene capacidad para veinticuatro personas y creará una docena de empleos.

Antes de que finalice el mes comenzarán a llegar los primeros usuarios a este equipamiento de tres plantas construido a partir de una vieja casona familiar. García defiende su recién inaugurado equipamiento como una alternativa a las residencias de gestión pública y sobre todo a la falta de plazas en algunas de ellas.

En la planta sótano está ubicado el gimnasio, la lavandería, diferentes salones para actividades, la sala de calderas, el almacén y los vestuarios para los trabajadores. En la primera planta se localiza la cocina, el salón y varias habitaciones. La tercera planta también tiene habitaciones, la enfermería, un comedor y salitas. Esta tercera planta está sin equipar por el momento y queda pendiente de una futura ampliación.

La gerente planea reservar un ala del inmueble para enfermos de Alzheimer, que requieren una atención especial. El contrato de alojamiento puede ser permanente o temporal, con un mínimo de permanencia de un mes.

La residencia Vega de Lleirá -así se llama- está enclavada en una finca de 5.000 metros cuadrados que está «totalmente cerrada para permitir el paseo seguro de los usuarios». El horario de apertura será continuo, de nueve de la mañana a nueve de la noche, para dar facilidades a los familiares. Además, cada día se desarrollará un programa de actividades como gimnasia, manualidades o iniciativas de memoria para estimular a los mayores.

Una de las peculiaridades del conjunto arquitectónico es la capilla de Lleirá, en proceso de restauración. Está en frente de la residencia y está levantada con los restos de una capilla ubicada en la localidad grandalesa de Salime. La familia del marido de Amparo es originaria de este pueblo y se desplazó a El Franco cuando se construyó el salto y se inundó el pueblo. El retablo y la puerta de la capilla proceden de Salime.