«Lo rural es calidad». Así lo ven en la Asociación de Empresarios Turísticos del Camín Real de la Mesa (Turismesa), que acoge siete concejos rurales de la geografía asturiana: Somiedo, Belmonte, Candamo, Grado, Teverga, Proaza y Quirós. Su presidente, Ángel Navarro, se alegra de los cambios en el diccionario de la RAE. «Lo rural es tan importante, culto o refinado como lo que hay en las ciudades», comenta.

La imagen del gañán de pueblo ha muerto. El medio rural ya no es sinónimo de tosco o inculto, hoy en día, es significado de calidad. El turismo rural ha sufrido un aumento excepcional en los últimos diez años. Aunque la crisis impide ver buenos resultados por ninguna parte, lo cierto es que las vacaciones verdes son la demanda estrella.

«El porcentaje de turismo rural aumentó y lo seguirá haciendo», asegura Bernardo Alija, presidente de la Asociación Cudillero Turismo. En su grupo de establecimientos hosteleros son más de 80 los que están especializados en este tipo de turismo.

Alija aplaude la eliminación de ambas acepciones porque «estaban equivocadas, por ejemplo, el contacto con la naturaleza o la gastronomía tradicional están muy lejos de ser tosco o inculto». Para el presidente de los hosteleros pixuetos lo rural significa «algo positivo».

No sólo el turismo rural crece a pasos agigantados. Las asociaciones vecinales y culturales de los pueblos de los municipios rurales son cada vez más activas e importantes. En un pueblo de Grado crece día a día la asociación San Lorenzo de Rubiano. La agrupación tiene muchas actividades «y son culturales», detalla Enedina Granda, su presidenta. «Participamos en las fiestas con carrozas y realizamos una especie de representaciones teatrales en ellas», comenta.

Juan Luis Álvarez, presidente de la Asociación Cultural Amigos de Cudillero y Cronista Oficial de la villa considera que «si los miembros de la RAE lo aceptan, pues amén».