Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

En medio de la tormenta política que estos días sacude al Consistorio tapiego -habida cuenta de las cuatro recusaciones planteadas sobre el Alcalde y tres concejales- la Dirección General de Medio Ambiente del Principado ha iniciado la tramitación del proyecto de la empresa minera Astur Gold para explotar el oro de Salave (Tapia). Ayer los colectivos y entidades que son parte en el expediente minero recibieron el llamado «Documento inicial para la evaluación de impacto ambiental del proyecto minero de explotación por interior del yacimiento de Salave», que abre la fase de consultas previas. Tienen un plazo de veinte días para estudiarlo y hacer las pertinentes sugerencias.

Éste es un paso inicial y el primero que da el ejecutivo regional de Francisco Álvarez-Cascos sobre el proyecto para extraer el oro. El pasado diciembre se autorizaron los sondeos geotécnicos de la empresa, cuya paralización por parte del Ayuntamiento ha desencadenado una crisis política sin precedentes en Tapia: el Alcalde de Alternativa por Tapia (APT) fue recusado por Astur Gold con el fin de apartarle de la tramitación, algo que provocó que el edil Ernesto Maseda fuese expulsado del grupo socialista y del equipo de gobierno (era teniente de alcalde) por apoyar la recusación; ahora, Maseda ha sido recusado por la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA); y, además, la empresa ha recusado a dos concejalas de APT.

El proyecto minero que Astur Gold pone sobre la mesa apuesta definitivamente por una minería subterránea que requiere la construcción de una galería de 2,7 kilómetros, con bocamina a 500 metros de la localidad castropolense de Brul. Según la empresa, esta opción es la menos rentable, pues permite extraer 10 millones de toneladas de oro (frente a las 16 que ofrecería el cielo abierto), pero es la mejor desde el punto de vista del medio ambiente. Según Astur Gold, este sistema de trabajo permitirá mantener los lagos de Silva intactos: «Es el método menos impactante al permitir la conservación del entorno natural en el que se emplaza el yacimiento». Astur Gold defiende la nueva opción -que desecha la explotación a cielo abierto y también un proyecto mixto- porque aleja el tratamiento del oro la línea de costa, de la villa de Tapia y de los límites del Plan de Ordenación del Litoral Asturiano (POLA). Y zanja: «Todo ello para salvaguardar los valores ambientales de la zona donde se ubica el yacimiento, cuyo estado no se vería alterado por la ejecución del proyecto».

En el entorno de Brul se ubicaría la planta de tratamiento mineralúrgica para el procesamiento de una tonelada de oro al año. El tratamiento del mineral, según el documento de Astur Gold, se realizará mediante un proceso de lixiviación y los residuos mineros derivados se almacenarán en un depósito de lodos dividido en cuatro sectores, con una superficie aproximada de 53 hectáreas y una altura de entre 15 y 23 metros de altura. Este depósito tendrá capacidad para siete millones de metros cúbicos de lodos.

En total, el proyecto -que plantea una vida útil de 10 años a los que se suman tres de construcción de la galería- ocuparía en superficie unas 100 hectáreas de terreno. En dicha superficie se proyecta la zona de explotación (que incluye escombreras, pistas, balsas de decantación, una planta de hormigón, una planta de tratamiento de aguas, una planta de gasoil y diferentes edificios) y la de tratamiento, así como las infraestructuras auxiliares.

La fase de tratamiento incluye la recepción del mineral y trituración primaria, la trituración secundaria, la molienda, la flotación, la oxidación y neutralización, la lixiviación y finalmente la electrodeposición. Esta fase es la más controvertida, según los detractores del proyecto, entre otras cosas porque es donde se contempla el uso del cianuro. Los ganaderos de Brul han dicho que la ubicación de esta planta tan próxima a sus explotaciones los abocará al cierre, pues en cuanto se detecten metales pesados en la leche las lácteas dejarán de recogerles el producto. Astur Gold defiende el respeto al medio ambiente y el uso de técnicas para minimizar los impactos.

En el documento también se ofrecen datos de la fase de construcción de la galería en la que planea trabajar 24 horas durante los siete días de la semana.