Luarca (Valdés),

A. M. SERRANO

La Polícia Nacional detuvo el pasado jueves en Luarca a una mujer a la que le atribuye una estafa de 180.000 euros. Según la investigación, la arrestada, L. V. G., cobraba facturas para la empresa que la había contratado y falsificaba los albaranes, quedándose con el dinero. La empresa víctima de la estafa, Villa del Carmen (mayorista de mariscos), inició hace unos meses una investigación tras requerir ciertas cantidades no ingresadas a los minoristas, que aseguraban haber satisfecho los pagos y tener jusificantes para acreditarlos.

L. V. G. estaba contratada por la compañía en calidad de intermediaria. El presunto fraude se cometió a lo largo del último año, aunque la investigación continúa desarrollándose. De hecho, no se descartan otras detenciones, ya que la Policía investiga el entorno de la mujer por si le prestó ayuda en sus operaciones.

El caso ha generado polémica en la capital valdesana, donde la empresa es muy conocida. Mayorista de Pescados Villa del Carmen trabaja en Luarca y en otras lonjas de la comarca y es puntera en su actividad. La policía sospecha que la detenida podría además haber realizado negocios con la mercancía de la empresa, sin ningún documento que lo acredite, por lo que la cantidad estafada podría ser aún mayor.

L. V. G. permaneció dos días en los calabozos de la comisaría de Luarca y ayer pasó a disposición judicial. La empresa, que ha cursado la denuncia, reclama el reintegro de las cantidades presuntamente estafadas, que constan como deuda por las facturas presuntamente manipuladas por la mujer detenida.

La actividad comercial del pescado y del marisco es una de las más importantes de la comarca, con gran tradición pesquera. La lonja de Puerto de Vega, en Navia, es unas de las punteras del Norte de Asturias en la compraventa de percebe. Las empresas mayoristas compran material que después distribuyen entre su red de minoristas.

En este eslabón es donde se cometió el presunto delito de estafa y apropiación indebida. La mujer entregaba la mercancía, tal y como solicitaba el minorista, que a su vez pagaba por el producto a la mujer detenida. Éste se quedaba con el dinero, según la versión de la policía, y no ingresaba a la empresa mayorista, generándole una deuda. A continuación, falsificaba el albarán. De esta forma, los minoristas adeudaban a la compañía, según los documentos modificados, las facturas. Cuando Villa del Carmen exigía el pago de las deudas sus propietarios se encontraban con albaranes sellados.