Valdés, A. M. SERRANO

Los vecinos de los barrios residenciales de Luarca saben lo que es vivir sin agua unas cinco veces al año. El estado de las tuberías de las red principal de la traída es un problema al que han hecho frente los sucesivos gobiernos municipales, pero la falta de una inversión pública suficiente para salvar este problema amenaza con convertirlo en crónico. El concejal de Obras, Balbino Suárez, fue testigo, anteayer por la noche, de la primera avería seria del año: la rotura por tres parte de la tubería principal (que atraviesa varias veces el río Negro) conectada con el depósito. La fuerza de las aguas, que arrastraron abundantes lodos, volvió a afectar a la red principal de la infraestructura, obsoleta, en la zona de Paladeperre.

El Ayuntamiento de Valdés exige ahora a la Administración regional un compromiso que con los gobiernos socialistas en el poder en las dos administraciones (regional y local) nunca llegó a materializarse. Ahora, con unas elecciones a la vuelta de la esquina, el plan parece disiparse y en una legislatura marcada por la crisis y por la contención del gasto público probablemente Luarca no verá esta obra.

La situación preocupa especialmente al concejal del ramo, Balbino Suárez, quien, en más de una ocasión desde que llegó al poder (el pacto del tripartito se selló en junio), ha llamado la atención sobre los problemas de suministro y de abastecimiento que pueden generarse en Luarca en épocas de lluvias y de sequías. El estado de la red obliga a continuos trabajos de mantenimiento y el material del que están hechas las tuberías, fibrocemento (cemento y fibra de amianto), no es el adecuado, según el edil de Obras, quien califica la sustitución de las tuberías de la traída principal de obra «de primera necesidad. Estamos hablando de cortes de un suministro básico», indica. «Y no podemos estar en alerta constante cada vez que llueve, algo habitual en invierno», ironiza.

El corte registrado anteayer afectó a unas 4.000 personas residentes en el barrio residencial de Villar de Luarca y en Almuña, que se quedaron sin agua durante varias horas. En Villar se encuentran dos colegios, el Instituto, la piscina y el polideportivo municipal, el centro de salud y un sede del Ministerio de Hacienda.

Por otra parte, el gobierno valdesano, también a través del deparmento de Obras y Servicios, elaborará un informe, que remitirá a la Confederación Hidrográfica del Norte, con información sobre la situación actual del río Negro tras el temporal de lluvias de estos días. Según Balbino Suárez, el lodo y los materiales se han acumulado en las orillas del río «y para un Ayuntamiento la limpieza de estas zonas supone un esfuerzo y una inversión de más», indicó.

El edil de Obras también destacó que el concejo está pendiente del desarrollo de un proyecto hidraúlico en el río Negro. El pasado mes de marzo, justo antes de las elecciones municipales y autonómicas, la Consejería de Medio Ambiente anunció el inicio de la primera fase de las tareas, presupuestada en 600.000 euros, que afecta al tramo comprendido entre San Timoteo y Raicedo.

Luarca espera desde hace una década por este proyecto. El río Negro está declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) y por ello el proyecto y su estudio ambiental han necesitado más tiempo del habitual. En la primera fase del proyecto se prevé mejorar el puente de San Timoteo y habilitar llanuras de inundación para que el impacto de las crecidas no genere problemas.

Por otra parte, el concejo de Valdés es uno de los excluidos de la conexión con el trasvase de Arbón, que abastece a siete concejos de la costa. La conexión con Valdés y Cudillero se ha dejado para una segunda inversión. En la actualidad esta infraestructura abastece a todos los concejos del Noroccidente desde Navia hasta Vegadeo a través de 64 kilómetros de tuberías y nueve depósitos. Con este sistema se pretende garantizar el suministro de los municipios beneficiarios.