Luarca (Valdés),

A. M. SERRANO

«No puede ser». Fue lo que pensó José Antonio García cuando empezó a notar que los carnavales de Luarca pasaban a ser una fiesta de segunda en la villa, después de gozar de mucha popularidad durante la década de los ochenta y noventa. Entonces la participación de las carrozas no se cuestionaba y los grupos de amigos luchaban cada año, con imaginación y muchas horas de trabajo de costura y confección, por hacerse con los premios del concurso de disfraces y ser por un día los reyes de la fiesta pagana. Nadie sabe muy bien el motivo por el que la fiesta perdió tirón, pero la asociación que promueve su recuperación, en la que milita José Antonio García, cree que este es un año clave.

En 2003, el Ayuntamiento de Valdés cambió la fiesta local dedicada al Carnaval y al entierro de la Sardina por la de Santa Catalina, en noviembre, y aquella decisión provocó una ruptura más con el pasado carnavalero de Luarca. Seis años después García, hostelero de profesión, se lanzó a organizar algún encuentro durante las fechas oficiales del Carnaval. Antes lo había hecho la Cofradía de San Timoteo, pero sin el éxito esperado. Cuenta José Antonio que su idea fue involucrar a varios hosteleros.

Desde entonces, se organizan encuentros de disfraces por zonas en Luarca hasta que el año pasado las jornadas, con carnaval infantil incluido, empezaron a involucrar a más gente. «Lo que notamos fue que la villa quería tener un carnaval en condiciones», explica José Antonio. Así, en marzo de ese mismo año él y un pequeño grupo de personas (hoy son 60 socios) constituyeron un colectivo, Asociación Carnavalera de Luarca. Desde entonces, trabajan en los carnvales de este año, los primeros que se organizan con intención de recuperar el ímpetu festivo. «Tratamos de traer vida al pueblo», explica Delfín Blanco, miembro de la junta directiva. O sea, divertir a los vecinos, recuperar una tradición para Luarca y generar consumo en la villa en época de crisis.

De momento, el desfile principal del sábado cuenta con la participación de seis carrozas y otros tantos grupos. La Asociación Carnavalera ha necesitado un presupuesto de 6.000 euros para organizar los encuentros. De este presupuesto, 900 se va en premios: 500 se los llevará la carroza ganadora, 250 el grupo, 100 la pareja y 50 se destinan al premio al mejor disfraz individual.

Los garajes, sedes sociales y plantas bajas de los edificios de Luarca ya guardan los secretos de los disfraces.