Eiros (Tineo),

Pepe RODRÍGUEZ

«Soy una mujer normal que hice lo mismo que todas las de mi época. Si es por lo mal que lo pasé, que yo tuve una vida muy mala, pues tampoco es que fuera muy diferente a la de mis vecinos, o a la de mis hermanas, Alicia y Marina, que lo pasaron igual de mal que yo. Nunca en la vida pensé que me pudiera pasar algo así, no me lo esperaba para nada». Carmina Iriarte, sentada en Eiros junto a su inseparable Paco, compañero de toda la vida, no sale de su asombro tras haber sido nombrada Mujer del Año en Tineo.

Iriarte nació en Iboyo, concejo de Allande, en 1936, y trabajó desde niña ayudando en las faenas del campo y las tareas de casa. Sus padres la enviaron a Tineo a aprender a coser con Amalia la de Las Campas, una reputada modista de los años 40. La necesidad de ganar dinero para la familia la llevó a coser por las casas de la zona y a trabajar con el Xastre La Campa, en Besullo, concejo de Cangas del Narcea. Se convirtió en una modista itinerante durante el otoño y el invierno.

Con 19 años se casó con Paco Álvarez y ambos se trasladaron a vivir a Eiros como caseros en casa Xuanetón. Allí permanecieron durante más de 40 años hasta su jubilación, y allí nacieron sus dos hijos, Alicia y Francisco. Tras jubilarse, se mudaron a otra casa de Eiros que compraron en ruinas y han ido rehabilitando poco a poco.

Carmina sigue siendo una trabajadora impenitente. Cuece su propio pan con el trigo que cosecha, también trabaja el maiz y las fabas, todo para su propio consumo y con su esfuerzo. Pero lo que la ha hecho popular es que se sabe innumerables canciones cortas, llamadas xácaras, y romances largos de cuando su madre se las enseñó de pequeña. Este conocmiento la llevó a salir varias veces en la televisión, en el popular programa de la TPA «Camín de cantares».

Ha sido socia de la Asociación de Mujeres «El Corchal de San Félix» desde su fundación. «Eso me da mucha alegría. Nos juntamos todas en las escuelas, que están arregladas, y cosemos, cantamos o lo que sea, todas juntas», añade Carmina, que subraya lo importante que son estas asociaciones en la zona rural: «así no nos aburrimos ni dependemos de que nadie nos lleve en coche a otros sitios para divertirnos».

La vida de Carmina fue muy dura, como la de cualquiera de su generación en la zona rural, y por eso habla con cierta distancia de la crisis que, actualmente, padece todo el país: «se ve en la tele que está todo el mundo quejándose. Yo no sé mucho, pero sí le digo que ahora vivo mucho mejor que entonces, que antes sí que lo pasábamos mal. Entonces sí que había poco de todo, poco de comer».