Belmonte,

Sara ARIAS

La burbuja inmobiliaria ha dejado edificios a medias de construir y pisos sin entregar. Pero donde el negocio nunca se hunde es en los cementerios. En el camposanto municipal de Belmonte están a punto de finiquitarse las obras de 54 nuevos nichos. Tan solo falta colocar las placas de mármol para embellecer la fachada y los nichos saldrán a la venta. Ésta es la última ampliación desde 2003.

Aún no tienen precio y hasta que no se terminen los trabajos, el Ayuntamiento no establecerá un importe. «Tenemos que esperar para conocer el coste total de la obra», explica la alcaldesa, Rosa Rodríguez. El proyecto se inició con un presupuesto de 50.000 euros, que se ha ampliado por la necesidad de acometer más obras en los nichos de las previstas al comienzo. Todos los interesados podrán adquirir un nicho en Belmonte, aunque los vecinos tienen prioridad.

Dentro del proyecto de ampliación del cementerio municipal se encuentra también la construcción de columbarios para las cenizas en los espacios disponibles entre los antiguos nichos. Y una nueva fase de ocho panteones, en los que hay cabida para seis tumbas. Sin embargo, estas obras deberán esperar hasta que el presupuesto municipal lo permita.

«Poco a poco iremos ampliando el cementerio pero dada la situación económica actual tenemos que valorarlo», confirma Rodríguez.

El cementerio parroquial, al que se encuentra pegado y tan solo los separa un muro, está en una situación estructural muy mala: los nichos se caen e incluso hay alguna tumba rota y medio abierta. Esta zona antigua del cementerio es propiedad del Arzobispado de Oviedo. La ampliación del cementerio municipal de Belmonte era una de las medidas más solicitadas por los vecinos al Consistorio.