Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

Hacía dos años que la esfera del reloj de la basílica de Cangas del Narcea estaba estropeada. Y unos seis meses que las campanadas que marcaban las horas para los cangueses tampoco lo hacían a su hora. Para una ciudadanía acostrumbrada a sus tradiciones, esto no dejaba de ser un engorro, así que la parroquia se puso manos a la obra para dejar atrás el problema y lo ha conseguido

La solucion ha pasado por la contratación de de una nueva maquinaria electrónica, pues la vieja ya no cumplía con su cometido. Todas las semana un conocido cangués, Javier Berlín, acudía a la basílica a dar cuerda al reloj, pero ya no funcionaba de ninguna de las maneras. Se trataba de una maquinaria instalada en el año 1952 y, evidentemente, se había quedado desactualizada.

Ahora el reloj da las campanadas a las horas en punto y las repite a los dos minutos. Las mismas campanadas y el mismo tono de siempre, porque hay cosas que no se han querido cambiar. A las medias da una campanada, también repetida. Además, el reloj se autorregula para adelantar o retrasar la hora automáticamente cuando sea preciso.

El proceso de mejora también incluyó un lavado de cara al reloj. Las esferas se pintaron de negro y también estaba previsto que se pintaran los números pero, para gran sorpresa de todos, resultó que estaban hechos de bronce aunque el tiempo había afeado su aspecto. Por eso se optó por pulirlos y dejarlos como si fueran los originales. Al pasar, los cangueses no pueden evitar pararse a mirar el nuevo aspecto del reloj de su basílica.

La inversión total de estas actuaciones ascendió a 3.000 euros y la empresa que se encargó de llevar a cabo la mejora es la misma que trabajó nada menos que en la catedral de Santiago de Compostela. Los trabajos fueron encargados por la propia parroquia de Cangas del Narcea y pagados con los fondos que la misma tiene para este tipo de menesteres.

Hace ya algún día que los cangueses vuelven a escuchar las campanadas a sus horas. A pesar de estar rodeados de móviles, relojes, avisos y llamadas de cacharros de todo tipo, no son pocos los que saben en que hora viven gracias al reloj de la iglesia de la Magadalena en Cangas del Narcea.