La Espina (Salas)

Sara ARIAS

La sucursal de Cajastur de La Espina, en Salas, sufrió durante la madrugada del viernes un robo. No es la primera vez. Hace tan solo poco más de un mes que unos hombres intentaron, sin éxito, entrar en la misma entidad, también durante la madrugada. Esta vez, tuvieron más suerte. «Se lo llevaron todo, desvalijada por completo», explicó Vitorino Gutiérrez, vecino de la zona.

El robo se perpetró a las cuatro de la madrugada. Un vecino alertó a la Guardia Civil. «Escuchó los ladridos del perro que tiene fuera atado, estaba muy nervioso el perro. El hombre salió por la ventana de casa desde donde ve la parte de atrás de Cajastur y ahí fue cuando vio a los cuatro ladrones marchar corriendo. No cogieron ningún furgón, debían de tenerlo aparcado más lejos para no levantar sospechas», explica Gutiérrez.

Al parecer, los ladrones entraron a la oficina bancaria por una ventana que hay que la parte atrás: «Rompieron el cristal hacia dentro». Ahora, el cristal está roto y tiene unos barrotes metálicos como medida de protección.

Los vecinos sospechan que los cacos conocen la zona porque «ya vinieron la otra vez, hará un mes. Tienen que ser de por aquí para saber que por ese ventanuco se puede entrar en el banco porque sino es imposible que lo supieran», opina Gutiérrez.

En el bar de al lado de la sucursal comentaron: «No sabemos mucho más, a las ocho de la mañana cuando llegaron los del banco y ya había estado aquí la Guardia Civil».

La Guardia Civil confirma el robo pero no ofrecen más detalles del suceso al encontrarse aún realizando las investigaciones pertinentes. Los agentes del cuartel de Salas se desplazaron hasta el lugar de los hechos alertados por un vecino. Éste hombre rechazó dar su versión. «El asunto está en plena investigación y tendré que ir a declarar», explicó.

Durante todo el día de ayer la oficina permaneció cerrada al público y los técnicos de la empresa de seguridad estuvieron en el interior realizando los ajustes necesarios. «Ahora andan por ahí sueltos pero ya los cogerán. ¡Hay que ver cómo está el mundo!», exclamó indignado Gutiérrez.