Tineo, Sara ARIAS

El diablo, un cura, una dama y un galán, entre otros pintorescos personajes, se dejaron ver ayer por la mañana en Tineo. La comitiva de los guilandeiros, formada por unas treinta personas, desfiló acompañada de música de gaita, acordeón diatónico y bombo por las calles de la capital y varios pueblos del concejo pidiendo el aguinaldo (dinero o comida) puerta por puerta. De esta manera, la asociación cultural Sulabarda recupera una tradición cultural asturiana que no se celebraba desde los años cuarenta del siglo XX en el municipio.

Los personajes de los guilandeiros, además de desfilar, interpretan un papel, una especie de teatro costumbrista callejero que hizo reír y disfrutar a todos los vecinos que esperaron la llegada del grupo en la plaza del Ayuntamiento. Unos de los protagonistas más notables fueron los xamasqueiros, con ramas de árbol por encima y la cara tapada, que al ritmo de un cencerro atado en el cinturón dieron algún que otro escobazo. Incluso sus propios compañeros les jaleaban para que diesen «más palos». Pero también fueron generosos e invitaron a los vecinos a chupitos de licor de anís.

Otros personajes que formaron la camarilla de disfraces fueron los médicos, el militar, las gitanas, el ciego, el limpiabotas, el oso e incluso los boxeadores. «Son personajes que se fueron adhiriendo dependiendo de las circunstancias sociales», explicó Elías Veiga, presidente de Sulabarda. La evolución de los guilandeiros reflejaba la sociedad en la que vivían, de ahí que «haya habido personajes disfrazados de negros, debido a la influencia de los relatos de los indianos». Para preparar todos los trajes y saber qué tenían que hacer, los miembros de la asociación hablaron con los ancianos del pueblo que recuerdan los últimos coletazos de esta fiesta hace más de setenta años.

La tradición lúdico-cultural de los guilandeiros tiene una historia muy larga. «Hay constancia de los guilandeiros, o al menos algo parecido, desde la época de los celtas». Por esa razón, Sulabarda quiere recuperar la tradición «pérdida u olvidada» y sacar a los guilandeiros todos los años a la calle. «Que no se pierda la fiesta para poder transmitir la tradición a la gente, que sepan de otro aspecto desconocido del patrimonio cultural asturiano», opina Veiga.

Aunque los guilandeiros ya tienen siglos de historia a la espalda, ahora el aguinaldo se pide en microbús. Cuando la comitiva decidió que en Tineo ya habían sisado bastante a los vecinos, se subieron al vehículo poniendo rumbo a Zarracín, Santa Eulalia, El Pedregal, La Pereda y El Crucero, donde después de tanto ajetreo hicieron un descanso para comer. Con el estómago lleno y ganas de seguir armando jaleo por el concejo, bajaron hasta Tuña y Puentecastro. En la última parada les esperaba una fiesta con pinchos, bebida y más comedia.

Tineo volverá el año que viene a recibir la visita de los guilandeiros, «y esperemos que muchos más», confía el presidente de Sulabarda. Al ritmo de música pidieron el aguinaldo a los vecinos del concejo. Y si no reciben nada tienen réplica: «Estas puertas son de hierro, los candados son de alambre. Vámonos de aquí señores, que están todos muertos de hambre».