Luarca (Valdés),

A. M. SERRANO

Maruja Canel tiene 78 años y desde hace tres no se pierde ninguna de las actividades lúdicas que se organizan en el centro de mayores de Luarca. Ayer participó en una de ellas, una comida promovida para conmemorar el 25.º aniversario de las instalaciones. Maruja todavía recuerda cómo era su vida sin este centro social puntero en la comarca occidental y enclavado en el centro de Luarca. «Hacer cosas y estar con gente te mantiene viva», apunta mientras sonríe. Ella vive en Villapedre, en el concejo vecino de Navia, pero no le supone mucho esfuerzo viajar hasta la capital de Valdés para acudir a cada una de las citas que se proponen, como la comida de ayer, que reunió a más de un centenar de socios. Con actividades como esta «se llena el día», «se habla con gente», y «se pasa un buen rato», concluye.

El centro cumple 25 años este 2012 y con él lo hace la asociación de mayores que lidera Carlos González y que se ocupa de organizar el programa festivo que llena de vida, como dice Maruja Canel, las paredes del antes llamado Hogar del Pensionista.

Desde el año de su inauguración, cuenta Carlos González, las cosas han cambiado mucho. Para este luarqués la asociación es una gran familia (con 4.000 socios de Valdés y municipios cercanos) y el centro social, ubicado en la calle Pilarín de Luarca, la casa familiar. «Estamos muy contentos de la gran aceptación que tenemos con todas las actividades y, sobre todo, de haber podido crecer con éxito», dice.

Cuando se estrenó el centro, los metros cuadrados eran pocos. Hoy, después de varias reformas y ampliaciones, el edificio es uno de los más populares de Luarca y ofrece múltiples servicios para sus socios.

Antonio Prilo, de Fontoria (Valdés) no se acuerda del inicio de la aventura. «Con el centro tenemos algo grande», explica. Allí se organiza cada domingo un baile, uno de los actos centrales de la semana. Al menos para Antonio. Su compañera de andanzas, Alicia Freitas, lee el programa de actos del centro desde hace ocho años. «Antes no podíamos asistir por el trabajo», cuenta. Con sus amigos Julia Fernández y Balbino Gayo, de La Ronda (Valdés), acudieron ayer la comida, que precede a los actos principales que tendrán lugar en noviembre, mes en que se estrenó el centro. Lo que esperan ahora es seguir sumando el apoyo suficiente para mantenerlo vivo. Trabajo y esfuerzo no faltan.

Carlos González se encarga de reunir a los socios y de editar un pequeño boletín para informar de las actividades. Durante los próximos meses se celebrarán varios encuentros entre misas, bailes y otro tipo de actividades lúdicas. Ayer, a la misa inicial y la comida posterior siguió un baile que, como suele ser habitual, se convirtió en el acto central. Julia Fernández y Balbino Gayo volvieron a ser los reyes de la pista y una vez más, «de la jota».