Con el Domingo de Ramos se iniciaba en Navelgas, como en el resto de los lugares de cultura cristiana, la Semana Santa que se remata, en mi pueblo con la primera fiesta de la temporada, la Pascua. Las gentes de la comarca se citaban con la frase de: «Nos vemos en la Pascua en Navelgas».

Navelgas, como centro de la comarca del Cuarto de los Valles, aglutinaba ferias, mercados y tradiciones; encrucijada de caminos que unían rutas del oro con enlaces entre los caminos de Santiago del interior hacia la costa pasando por lugares como Burgazal, uno de los pocos pueblos que conservan la raíz medieval de «Burg». A Navelgas siempre han acudido los vaqueiros de la comarca a la bendición de Ramos, asistían de diversas brañas y pueblos con los familiares del lugar a la bendición de los ramos, generalmente, de laurel y algún olivo, pocas palmas, que últimamente han aumentado por la globalización y, sobre todo, por las tiendas de los chinos; la palma, junto al olivo, era lo más popular en Egipto e Israel, aquí proliferó en la zona levantina convirtiéndose en una gran industria, principalmente, en Elche, pero en los pueblos de Asturias, sobre todo, en el Occidente ha imperado siempre el laurel por sus connotaciones míticas que llegaron a nosotros a través de la mezcla de culturas celtas y romanas con ascendencia griega, cuando éramos niños existía una gran competencia por ver quién llevaba la rama de laurel más grande, recuerdo alguna de los mayores que eran auténticos árboles.

Dafne era una niña, hija del dios de las aguas, Pneo, que había hecho promesa de no casarse, al enamorarse de ella Apolo, huyó a las montañas y, pidiéndole ayuda a su padre para ocultarse, la convirtió en laurel. Apolo desconsolado convirtió el laurel en árbol sagrado haciéndose una corona con sus ramas. Partiendo de esas magias nosotros usamos el «laurel bendito» para proteger nuestras casas, nuestras familias, nuestro ganado y, sobre todo, para condimentar nuestros guisos. Luego están los estrenos, «... quien no estrena en Ramos, no tiene manos».

El cristianismo ha adoptado la mayor parte de las tradiciones paganas procedentes de los celtas, griegos o romanos, llegando hasta nuestros días con gran arraigo, nuestra cultura se pone en peligro por una supina ignorancia disfrazada de progresista, los pueblos inteligentes, al margen de las creencias, han sabido adoptar las tradiciones como una remembranza de la historia y como fuente de ingresos en las pocas alternativas de atracción turística, así crece todo tipo de procesiones en Semana Santa, a través de cofradías en donde se pasan los testigos de padres a hijos.

Siempre he sentido el deseo de ver una procesión nocturna, entre hachones iluminando los caminos, del Cristo yacente de San Pedro de Paredes, magnifica joya de la imaginería, preparada para la crucifixión, plegándose, posteriormente, los brazos para el Santo Entierro. Hace ya bastantes años que hicimos en Navelgas una procesión del Calvario con crucifixión en vivo, recuperando «el matar a Pilatos» con matracas y carracas, que fabricaban Severo, José Teresa y Constante, en sus carpinterías, actualmente se hace en Villanueva de Oscos con gran éxito.

Ha pasado la procesión de Ramos, ya están colocados los laureles en las puertas de las casas o al lado de las cocinas, ahora iremos pasando estos días de ayunos y abstinencias hasta la llegada del Sábado de Gloria en donde durante la misa nocturna se quema el incienso y se bendice el agua para llevar a las casas, luego llega el Domingo de Pascua, día de los ahijados, en donde reciben la «bolla» como regalo de los padrinos a la vez que se intercambian las trenzas de pan dulce de distintas recetas, pero siempre deliciosas; las tradiciones son como eslabones que enlazan los tiempos pasados con los presentes camino de los venideros, las tradiciones cambian, pero siempre prevalecen las que tienen contenido y raíces. ¡Nos vemos en la Pascua en Navelgas!