Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

El veterano surfista tapiego Diego Méndez seguía ayer de cerca los pasos que daba en el agua su hijo Pedro, el único participante local en el Open Internacional de Surf que se celebra hasta mañana en la playa de Tapia y en el que compiten un total de 43 surfistas -la mayoría españoles-, entre ellos algunos de los mejores asturianos, como Lucas García y Lucía Martiño.

El Cantábrico regaló ayer una buena jornada de olas, aunque en ocasiones hubo cierto peligro. Lo explica Diego Méndez, quien asegura que, pese a que las olas son grandes, «no son buenas, no dan opción a hacer maniobras y, a veces, pueden ser hasta peligrosas».

La organización de esta competición, distinguida como Fiesta de Interés Turístico Regional, asegura que hay muy buen ambiente y que los surfistas están encantados con el nuevo formato del campeonato, que vuelve a rendir homenaje a Peter Gulley, responsable, junto a su hermano Robert, de la implantación del surf en la villa tapiega. «Es una forma diferente de empujar el surf, fuera del circuito de la ASP, que impedía a los surfistas participar en pruebas puntuales y les exigía pagar la inscripción completa. Así la matrícula es más barata y hay más libertad», explica Adela Bas.

Aprovechando la buena jornada fueron muchos los visitantes que se acercaron a la playa de Tapia. Hoy las mangas comenzarán a partir de las diez de la mañana y ya empezarán a conocerse los nombres de quienes optan a llevarse un pellizco de los 6.000 dólares en premios que contempla el Open. La entrega de premios será mañana.

Las opciones para disfrutar del puente festivo en Tapia también pasan por la plaza de Campogrande, donde se celebra la sexta edición de la Feria de artesanía, con una veintena de expositores. También es posible degustar los mejillones del Real Tapia, que organiza su tradicional festival gastronómico.

Otra cita tradicional de esta Semana Santa está en San Tirso de Abres, donde el Ayuntamiento organiza su XV Feria de artesanía y exaltación de la tradicional rosca de jueves santo. La regidora Goretti Quintana explica que el certamen -que se prolonga hasta hoy- cuenta con 32 expositores y un presupuesto inferior a los 2.000 euros. Ayer, María Rodil fue la única que puso a la venta las tradicionales roscas santirseñas. Su compañera Carola Acebo no pudo cocer este año y Rodil asumió la tarea en solitario, aunque ayudada por toda su familia. Coció más de 200 roscas en dos jornadas. Este producto tan típico lleva azúcar, manteca, huevos, harina, fermento de pan y, sobre todo, muchas horas de trabajo.