Castropol / Taramundi,

T. CASCUDO

El taramundés Alberto Mon lleva años recopilando la historia en imágenes de su municipio natal. Las rescata del olvido, las restaura y desde hace poco las difunde gracias a un acuerdo con el Consistorio. De este modo, la web municipal acaba de incluir en su galería de imágenes varios apartados dedicados a fotos antiguas.

Es posible así asomarse al pasado para descubrir cómo era antaño la pequeña localidad taramundesa, de qué vivían sus vecinos o qué tipo de obras se ejecutaron en el concejo. Se pueden conocer las obras en la iglesia parroquial, también la construcción e inauguración del monumento al maestro Manuel Lombardero y ver el carballo que presidía hace décadas el centro de Taramundi y que hoy se recuerda con una escultura.

«Es una parte de la historia que de este modo podemos conservar y además podemos conocer cómo era antes Taramundi», explica Mon. Espera que muy pronto sea posible hacer una exposición con todas las fotografías, ya que a la web sólo ha sido posible subir una pequeña parte de su extensa colección. «Lo principal es recuperarlas y enseñarlas a la gente para que encuentre a sus familiares y las disfrute», explica mientras recuerda la alegría que le dio a un vecino que nunca había visto a su madre fotografiada de joven.

El grueso de las fotografías datan de los años 50 y 60 del siglo pasado, pero también hay alguna que se remonta al siglo XIX. A Mon no sólo le gusta rescatar las fotos, sino también hurgar un poco en su historia para conocer quién la hizo, dónde y sobre todo quién posa en la imagen. Es así como ha descubierto peculiaridades como por ejemplo una imagen de una vieja máquina que funcionaba a modo de teleférico para transportar madera hasta la capital. Ninguno de los hombres que posan en la foto -entre ellos el médico y el practicante- están trabajando, así que la foto es un posado en toda regla. «La máquina estaba donde el polideportivo y servía para mover la madera desde Llan a Taramundi», incide Mon.

En general las imágenes rescatadas -figuran también algunas de los Oscos- están en mal estado de conservación. «Suelen estar peor las de la gente que las valora porque las tiene más manoseadas. Quien no mira por ellas las tiene guardadas en un cajón y así se conservan más o menos bien», precisa.

Preguntando entre sus vecinos, Mon ha ido rescatando rarezas como la de un chófer negro que posa junto al coche de un indiano en mitad de la pobre Taramundi de hace décadas. Las fotos de los emigrantes retornados suelen ser muy llamativas, con sus grandes coches y sus ropas cuidadas. Otra fotografía peculiar es una en la que se ve un carro de bueyes cargado con el equipaje de un indiano. «Tenían que ir a recogerlos a medio camino porque las carreteras estaban tan mal al principio que no llegaban los coches», explica Mon.

Además, este investigador autodidacta ha ido fijándose retos y superándolos. Es el caso de una foto de la antigua torre de la iglesia que ha localizado recientemente y que data de junio de 1951: «Tenía muchas ganas de dar con ella y la encontré hace un mes en la panadería Mousende».

Muchas de las fotos antiguas de Taramundi son de Xarrapo, un artesano navalleiro que fue de los primeros en hacer fotografías. Mon no se rinde y sigue rebuscando en los desvanes en busca de joyas. «Muchas veces llevo el escáner a las casas porque hay gente que teme que no se las devuelvas», explica. También hace tratos con sus vecinos y a cambio de dejar acceder a sus recuerdos les restaura y digitaliza las fotografías para que nunca más se pierdan.