Vegadeo,

T. CASCUDO

El escritor navarro Ramón García se enfrentó ayer «con absoluta predisposición» a su encuentro literario con los alumnos de primero de la ESO del instituto Elisa y Luis Villamil de Vegadeo, que son, además, lectores de uno de sus libros: «¡Viva la Pepa!». Para García escuchar al lector es fundamental ya que, insistió, «un libro se queda incompleto hasta que cada lector pone algo de su parte». Por eso ayer disfrutó con el interrogatorio al que lo sometieron los estudiantes veigueños, que se interesaron por su manera de escribir, por su vocación y hasta por sus fuentes de inspiración.

Es la segunda vez que García, que además es conocido por ser el biógrafo de Miguel Delibes, participa en una actividad del Foro Comunicación y Escuela de Vegadeo. El año pasado acompañó al hijo de Delibes en una charla sobre el reconocido escritor vallisoletano. Pero esta vez a García le tocó ser protagonista y desentrañar los secretos de «¡Viva la Pepa!», libro que cuenta las aventuras de una niña llamada Pepa y su pandilla de amigos. «Pepa no se resigna a cruzarse de brazos si una cosa le parece mal, ella y sus amigos son chicos comprometidos, inconformistas», precisó el autor, que siempre escribe a mano sus obras.

Los escolares descubrieron también que la historia de Pepa parte de una experiencia real del propio autor que un buen día descubrió, como Pepa, una mortandad de peces junto al río Pisuerga. Ramón García reconoció que sus novelas tienen siempre una intención entre líneas, pero «primero son novelas». El autor, que se autoconfesó más lector que escritor, animó a los estudiantes a leer y a considerarlo algo imprescindible: «Si lo consideras así, seguro que siempre encuentras tiempo de leer», incidió.

A preguntas de los escolares, dijo ser un lector exigente y por eso les recomendó «dejar» cualquier libro que no les «funcione» superadas las primeras páginas. Del mismo modo, el autor -que es también maestro y periodista- reconoció que sólo escribe las historias que merecen la pena: «Una historia te tiene que pedir escribirla; si no, es mejor dejarla».

También les contó a los veigueños que los autores no siempre logran editar todos sus libros porque «sigue habiendo algún tipo de censura oculta y en mi caso tengo dos libros que no se atreven a publicar». Otras veces, explicó, las historias no ven la luz porque el escritor se atasca: «Cuando hay una historia que no tira lo que hago es coger el relato y lo castigo. Lo meto en el cajón y el día que quiere me vuelve a llamar».

Los veigueños no desaprovecharon la ocasión de preguntarle por su relación con Delibes y quisieron saber por qué quiso ser su biógrafo. El navarro respondió que fue cosa del destino: «La suerte quiso que tuviera una relación amistosa y estrecha con don Miguel. Fue una cosa circunstancial pero basada en una larguísima amistad. Sobre Delibes hay mogollón de libros pero la cercanía al personaje es casi en exclusiva mía». Para García, Delibes junto a Cervantes y Unamuno, son los mejores escritores españoles de todos los tiempos.