Grandas de Salime,

T. CASCUDO

El pleno del Ayuntamiento de Grandas de Salime acaba de acordar la derogación de la ordenanza reguladora del servicio de taxis municipal. Esta normativa, que estaba en vigor desde el 30 de octubre del 1986, se había quedado obsoleta y además estaba provocando la desigualdad de condiciones de trabajo entre los taxistas de la capital y los que están asociados a los núcleos rurales.

No en vano, los taxistas de los pueblos no podían operar en la zona urbana y los de la zona urbana no podían trabajar en los pueblos con taxista. A partir de ahora los cinco taxistas con licencia en el concejo trabajarán «en igualdad de condiciones», según confirma el regidor grandalés Eustaquio Revilla.

Tras la derogación de la vieja ordenanza, el Consistorio ha decidido aplicar el reglamento nacional de los servicios urbanos e interurbanos de transportes en automóviles ligeros. El acuerdo plenario estará en información pública durante 30 días, a contar desde ayer.