Navia, A. M. SERRANO

Un hombre que trabajaba en la planta de celulosa de Ence, en Navia, resultó herido al beber de un grifo de hidróxido sódico. El suceso tuvo lugar la semana pasada. Según el parte médico, el hombre presenta quemaduras en la lengua, la boca y el esófago, pero se encuentra fuera de peligro. Al parecer, bebió de un grifo señalizado con una advertencia de que el líquido no es apto para el consumo humano.

Ence-Navia se encuentra en el período de parada técnica. La multinacional contrata a empresas de la zona y del centro de Asturias para realizar las labores de mantenimiento de la maquinaria y actualizar la tecnología.

La compañía decidió prescindir de la empresa subcontratada, que, a su vez, empleaba al trabajador accidentado. La plantilla de la compañía se ha quejado por lo que califica de «represalia». Según los trabajadores, el accidente no debería afectar a toda la plantilla ni a la empresa, que logró un contrato de nueve días (duración de la parada) en tiempos complicados y de crisis económica. Los trabajadores se quejan de que la «falta de prudencia» de un compañero «no debe perjudicar al resto».

Ence-Navia confirmó el suceso, si bien no hizo valoraciones.

La parada técnica de la planta se lleva a cabo todos los años. Durante algo más de una semana se realizan labores de actualización de maquinaria y las revisiones que marcan la normativa y el protocolo de la empresa. A la plantilla habitual de la fábrica (unos 300 trabajadores) se suman en torno a 800, según los datos de la empresa. Casi todas las compañías subcontratadas son de la zona, lo que genera un impulso a su economía, especialmente importante en tiempos de crisis.

Ence tiene en Navia su fábrica más puntera de España. En la Península Ibérica operan otras dos, en Pontevedra y en Huelva. Tras la ampliación de la planta, en la cuenca naviega se producen 500.000 toneladas anuales de celulosa de eucalipto libre de cloro elemental y de alta calidad. La conocida como «parada técnica» cuesta a la empresa 2,5 millones de euros.