Boimouro (El Franco),

T. CASCUDO

A sus 5 años, Lucas Bedia descubrió ayer las angulas. Escuchó la espectacular historia de su viaje transoceánico y también los problemas que padece esta especie de regreso a casa. Pero lo que más le fascinó fue verlas de cerca en la suelta simbólica que organizó ayer en el río franquino del Mazo el colectivo Salternavia. «Son pequeñas y un poco vagas», opinó.

La madre de Lucas, Victoria Zarcero, fue una de las asistentes a este acto simbólico con el que Salternavia pretende concienciar sobre la importancia de preservar a esta especie. «Está muy bien, sobre todo para los niños, para que vean que es importante proteger y cuidar la Naturaleza», indicó Zarcero.

El presidente de Salternavia, Amador Rodríguez, ejerció de maestro de ceremonias. Él mismo capturó las angulas que ayer devolvió al río franquino, afluente del Porcía. Las dejó unos minutos a remojo, para que se familiarizasen con el agua, y después las liberó. «Buena suerte», les deseó.

Rodríguez indicó que por fortuna el río del Mazo es un cauce relativamente sano, menos maltratado que otros de la comarca. No obstante, algunos vecinos de la zona corroboraron la alarmante disminución de la angula. Dice el franquino Luis Alonso que hace años era fácil verlas por el río y hoy apenas se descubren. «Hoy hay truchas, pero angulas son contadas. También es verdad que hace años cuando las había, nadie las quería, no se valoraban como hoy».

Explica la bióloga Nana Montañés que es fundamental concienciar sobre la importancia de preservar las especies en general y la angula en particular. «Sufren enormes presiones. Hacen un viaje alucinante ya que van a desovar al mar de los Sargazos y tienen que volver atravesando un largo camino lleno de enemigos». Indica Montañés que son especies muy sensibles a la contaminación y que sufren, entre otros riesgos, con los vertidos urbanos y el deterioro de las riberas de los ríos: «Se hace muy poco por ella y sería recomendable pensar en una moratoria; pero hay demasiadas presiones económicas».

Para Montañés no sólo es importante repoblar los ríos sino también cuidarlos. «Al final, el acto persigue eso: aportar un poco de conciencia a la gente. Hoy (por ayer) liberamos un kilo, que es poco para lo que se necesita; pero es una manera de llamar la atención sobre la importancia de cuidar el planeta».

Quienes bien saben de la disminución de la especie son los anguleros de la comarca, que acaban de cerrar la temporada con resultados no demasiado halagüeños. De hecho, el volumen de capturas decreció para los de a pie un treinta por ciento con respecto al año pasado. En la lonja de San Juan de la Arena (Soto del Barco), la principal de Asturias, se rularon 615,33 kilogramos de alevín, 258 menos que el año pasado. Es una de las peores cifras de los últimos veinte años.

Estos y otros asuntos se abordaron ayer en la charla organizada por Salternavia tras la liberación de los alrededor de 3.000 ejemplares de angula. Es el segundo año que Salternavia, colectivo ciudadano comprometido con la defensa natural de la comarca occidental, organiza un acto como éste. El año pasado le tocó al río Anleo y en este caso al del Mazo.