Luarca (Valdés),

A. M. SERRANO

Los propietarios de las casetas que se instalarán en la playa de Luarca durante el verano tendrán que pintarlas «en los colores tradicionales, como mínimo el frente». Es uno de los requisitos que exige el gobierno valdesano con el fin de recuperar una de las imágenes turísticas de la capital del concejo.

El alcalde, José Modesto Vallejo, dio a conocer ayer las bases para la colocación de 180 casetas, 30 más que el verano pasado. Estas instalaciones dieron una imagen singular a Luarca desde la década de los ochenta y fueron retiradas en 2008 por el gobierno de Juan Fernandez Pereiro por orden de la Demarcación de Costas.

Desde hace cuatro años, las casetas se instalan previa petición al Ayuntamiento y solo durante el período estival. Los interesados pueden hacer su solicitud a partir del 15 de mayo y hasta el 1 de junio en el Registro General del Ayuntamiento. Solo se autorizará una caseta por unidad familiar; quienes ya tuvieron autorización en 2011 podrán solicitar la renovación. Después se hará un sorteo.

Este año instalar una caseta costará 29 euros, tres más que el pasado verano. Las instalaciones serán desmontables, no tendrán fijación alguna al suelo y se podrán colocar a partir del 1 de julio hasta el 15 de septiembre.

El gobierno indica en su bando que la tipología de la caseta «deberá armonizar con el entorno, con materiales adecuados y de buena calidad, aspecto estético y buen estado de conservación». Además, están prohibidos los materiales plásticos y el propietario, que tendrá un espacio concreto para instalar su caseta, deberá velar por su «cuidado y mantenimiento».

Este año, la playa primera tendra 24 casetas; la segunda, 50 (diez más que el año anterior); y la tercera, 106, es decir, 20 más que en 2011.

El tripartito que gobierna en Valdés solicitó a la Demarcación de Costas aumentar el número de garitas, a la vista de la elevada cantidad de solicitudes que se quedaron fuera en veranos anteriores.

Modesto Vallejo también intentó que las famosas casetas de colores, uno de los iconos de la Villa Blanca de la Costa Verde, permanecieran durante todo el año en la playa. Costas no resolvió de forma favorable esta última solicitud.