Vegadeo,

T. CASCUDO

Carlos Lombardía es informático y dispone de varias habilidades que está dispuesto a intercambiar, como conocimientos en nuevas tecnologías, realización de retoque fotográfico o ayuda en el montaje de materiales audiovisuales. No cobra por su ayuda, sino que la intercambia sin que medie un solo céntimo. Aquí lo que cuenta no es el dinero, sino el tiempo. Son las reglas del Banco del Eo, el primer banco de tiempo que opera en la comarca occidental.

Su ámbito de actuación son los concejos ribereños del Eo, tanto en la zona gallega como la asturiana. Andrés González conoció hace unos meses la iniciativa y se planteó desarrollarla en su tierra. Así pues, convenció a un grupo de amigos, que desde octubre ensaya esta llamativa propuesta.

Superada la fase de pruebas, la decena de participantes quiere abrir el banco a toda la comarca. Es la razón por la que han comenzado a divulgarlo a través de las redes sociales. Su página web es https://sites.google.com/site/bancodeleo/ y ahí figura el amplio listado de conocimientos que comparten: desde acompañante para un día de pesca hasta asesor de huerta o improvisado monitor de cocina.

Es un excelente remedio contra la difícil situación económica actual, como ellos mismos explican a través de la web: «Con la crisis todos tenemos menos dinero y hay menos trabajo, esto es una forma de ayudarnos en muchos sentidos. Se trata de hacer trabajos, prestar o vender cosas pero de forma que no se cuenten en euros sino en horas». Y concretan: «Es similar a tener un amigo que te hace un favor».

Explica Andrés González que el banco no interfiere con profesionales en activo, en el sentido de restar trabajo a nadie. «Esto no es un trabajo, no es que te ofrezcas a cumplir con un horario. Aquí hablamos de actividades de la vida cotidiana, que es muy difícil cuantificar en dinero. Es un favor que pides una vez. Son cosas por las que no cobrarías y a la vez cosas que no te atreverías a pedir dos veces. De este modo no te da vergüenza pedirlo porque lo puedes devolver», matiza.

Todos los integrantes partieron de una disposición de cinco horas de tiempo para pedir y hacer favores. Además, el banco funciona en red, por lo que no quiere decir que tengas que devolver el favor a la misma persona que te lo ha pedido. Cada uno tiene su cómputo de tiempo y éste va subiendo o bajando en función de los favores que te hagan o hagas.

La persona interesada en participar solamente tiene que enviar un correo electrónico a maroxa33@gmail.com. Uno de los integrantes del banco -insisten en que la organización carece de jerarquías y puestos de mando- se pondrá en contacto con el interesado para tener una primera entrevista. Expondrá sus intereses y los conocimientos u objetos que está dispuesto a compartir. También deberá dejar su contacto y las horas o días en que se le pondrá molestar. A partir de ahí se le creará un perfil en la página del Banco del Eo y empezará a formar parte de este singular proyecto de cooperación.

González destaca otro aspecto del banco, y es la autoestima personal. «Piensa, por ejemplo, en un jubilado, que tiene muchísimo tiempo. De este modo puede utilizarlo en ayudar a los demás y a la vez sentirse útil o valorado». También es una forma de que gente que ha estudiado una determinada carrera y que por el motivo que sea está trabajando en otro campo pueda desarrollar su vocación. «Es una oportunidad para ejercitar tu profesión», matizan.

Y no sólo son conocimientos, sino también objetos. Explican que con todos los libros que cada uno de los integrantes ha puesto a disposición del banco han creado una pequeña biblioteca virtual. «La base es ayudar y compartir», explican los fundadores de la iniciativa. Ahora esperan que la idea cale hondo para ampliar la sabiduría de su banco del tiempo.