Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

El Principado ha sacado a información pública el estudio de impacto ambiental del proyecto de mina interior del yacimiento aurífero de Salave, en Tapia. Los interesados tienen un plazo de 30 días hábiles a contar desde hoy para presentar alegaciones. Las primeras reacciones cuestionan la celeridad del Principado en dar este paso: se expone 39 días después de que la Administiración publicase los requisitos en el «Boletín Oficial del Principado de Asturias» (BOPA) y 15 días después de que Astur Gold los enviase.

El presidente de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo, comenta que en estos casos «lo habitual» es que el Principado tarde entre tres y cinco meses, ya que «necesita tiempo para comprobar que el promotor cumple todos las exigencias que le pide». El 23 de abril se publicó en el «BOPA» el listado de exigencias y la compañía minera remitió a la Administración la documentación el pasado 17 de mayo. Astur Gold indicó ese día que la documentación remitida era «fruto de ocho meses de intenso trabajo de campo y de oficina».

La Coordinadora atribuye esta «celeridad» a las «facilidades» que, a su juicio, dio el gobierno de Álvarez-Cascos a la empresa minera. No en vano la resolución publicada ayer fue adoptada el 23 de mayo por el gobierno en funciones. La Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA) también reprocha esta prisa: «Con este breve lapso de tiempo casi tenemos la certeza de la imposibilidad de dar la debida atención al largo listado de condicionantes».

En el documento de síntesis del proyecto planteado para sacar el oro de Salave, Astur Gold detalla uno de los aspectos más controvertidos, como es el tratamiento del oro. La compañía minera contempla un sistema de destrucción (destoxificación) del cianuro empleado en el proceso de lixiviación. A continuación, los residuos se almacenarán en un depósito de lodos de 53 hectáreas y entre 15 y 23 metros de alto. Astur Gold plantea una fase previa de tres años en la que baraja construir la galería subterránea y una fase operacional de diez años. Proyecta ocupar 155 hectáreas de terreno y construir dos galerías: una más larga, de 2,7 kilómetros, por la que se extraerá el oro, y otra más corta, de 1.120 metros, que será de investigación y se situará en las inmediaciones de El Cortaficio.